La estimación anual de producción de 10 millones de toneladas, ahora pasaría a solo 4 millones, según la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco).
Esto se traduce en menos ingresos de divisas por exportación para el país, es decir, habrá menos circulante de dólares y caja fiscal. Desde el gremio calculan que dejarán de percibir alrededor de US$ 2.000 millones.
Para la economista, experta en macroeconomía, Patricia Goto, el impacto de la sequía sobre la producción de soja tendrá consecuencias negativas no solo para el sector agrícola sino también para todas aquellas actividades que integran su cadena de valor.
En ese sentido, la soja involucra a sectores conectados verticalmente, que inicia con la producción primaria, seguida de la industrialización y con el soporte de sectores terciarios como el comercio, transporte, intermediación financiera y otros.
En su conjunto, estos sectores representan una parte relevante del Producto Interno Bruto (PIB) de Paraguay, por lo cual se asume que el golpe climático tendrá una incidencia relevante en el resultado del mismo.
Asimismo, la complejidad del entorno económico no solo se limita a los efectos del clima en la producción, la economista manifestó que hay que considerar que a nivel de precios finales esto también traerá consecuencias.
“Dado que la soja es el principal producto de exportación, una caída de su producción se traducirá en menores ingresos de divisas por este canal. Consecuentemente, las presiones sobre el valor del dólar a nivel local serán al alza, presionando a su vez a la inflación que ya se encuentra en niveles elevados”, afirmó.
La economista consideró que este escenario encuentra a la política económica con un espacio acotado de actuación.
“El déficit fiscal, fuera de equilibrio, y la inflación, por encima de la meta, representan enormes desafíos para el Gobierno. Cuidar la macroeconomía y fomentar la recuperación en sectores afectados se presentan como dilemas en el 2022”, subrayó.
Goto analizó que dada la gravedad del evento climático, es muy probable que afrontemos escenarios recesivos en este año.
“En la medida en que la cosecha vaya avanzando y tengamos números concretos de la contracción de la producción, podremos calibrar las proyecciones de crecimiento económico para este año. No obstante, las expectativas ya se han deteriorado y se espera un crecimiento muy por debajo de lo que estaba planteado hace unos meses”, remarcó.
Antecedentes
En el 2020, el sector agrícola fue el que sostuvo la economía frente al de servicios que se vio rezagado por la pandemia. Al cierre del 2020, las exportaciones de granos de soja representaron la principal fuente de ingreso de divisas, con el 25,17%, según el Banco Central del Paraguay (BCP).
Pero la progresiva sequía que continuó más fuerte en 2021 afectó de sobremanera al cultivo, aún con precios internacionales en alza.
De acuerdo a los datos del BCP, el país recibe un promedio de US$ 4.000 millones en divisas anualmente, con una producción de más de 10 millones de tn, representando el 51% del valor de exportación de productos agropecuarios.
La Plataforma Nacional de Commodities Sustentables sostiene que la soja contribuye con aproximadamente el 17% del Producto Interno Bruto (PIB).
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