Los rubros que más dinamismo mostraron en lo que va del año son carnes, químicos, textiles, prendas de vestir, metales, molinerías, panaderías y maquinarias. En cambio, los sectores de aceites, cueros, calzados, lácteos, azúcar y maderas enfrentaron una caída en su producción, reflejando que no todos los segmentos industriales atraviesan el mismo momento.
Uno de los datos más relevantes del semestre tiene que ver con el empleo: actualmente, más de 288.000 personas están empleadas en la industria manufacturera, y solo en estos seis meses se crearon más de 2.800 nuevos puestos de trabajo bajo proyectos aprobados por la Ley 60/90, especialmente en los sectores metalúrgico, textil y de alimentos. A esto se suma el buen desempeño del régimen de maquila, que hoy emplea a 34.129 personas, un 27% más que en el primer semestre de 2024.
“El crecimiento del empleo formal es una señal alentadora. A pesar de las brechas de informalidad que aún persisten en la economía, la industria muestra su compromiso con la generación de trabajo de calidad”, señaló Duarte.
Entre los factores positivos que explican el buen momento del sector, el presidente de la UIP destacó la baja inflación, la estabilidad cambiaria y una demanda sólida, tanto local como internacional. También subrayó el impacto de la reducción del contrabando y el empuje de la demanda desde países vecinos, especialmente uno que logró estabilizar su economía en los últimos meses.
Sin embargo, no todo es color de rosa. Duarte apuntó que persisten elevados costos logísticos, afectados por el precio del combustible y por la sequía que golpeó al país en los primeros meses del año. Además, el acceso limitado al financiamiento a largo plazo sigue siendo una barrera para muchas industrias que buscan ampliar su capacidad productiva. “Necesitamos un banco de desarrollo que ofrezca herramientas reales para impulsar la inversión”, sostuvo.
En cuanto al comercio exterior, las exportaciones industriales con valor agregado crecieron un 9% en valores durante los primeros seis meses del año, en comparación con el mismo período de 2024. Las manufacturas de origen agropecuario (MOA), como la carne bovina y el aceite de soja, tuvieron buen desempeño, al igual que las manufacturas de origen industrial (MOI), como hilos, cables, aluminio y productos farmacéuticos. En volumen, las MOA crecieron apenas 0,8%, pero en las MOI sí se reflejó un aumento tangible en cantidad.
Duarte también valoró los esfuerzos del Gobierno en avanzar con reformas estructurales, como el Plan País 2035 y el reciente paquete de medidas económicas. No obstante, advierte que todavía hay oportunidades de mejora en incentivos a la inversión, condiciones tributarias y en infraestructura. Por ejemplo, el sector de procesamiento de soja aún no puede aprovechar plenamente su capacidad instalada, debido a limitaciones fiscales.
De cara al segundo semestre, las expectativas de la UIP son moderadamente optimistas, siempre y cuando se implementen acciones concretas que atiendan las necesidades del sector. Para Duarte, el camino pasa por una política industrial activa e integral, que impulse la producción local, fomente la innovación y aumente las exportaciones con valor agregado.
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