El presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), Héctor Cristaldo, se refirió a las perspectivas para el sector agrícola de cara al 2023 e indicó que con las nuevas lluvias caídas en la región Oriental (sur, centro y este; norte esta semana), aunque el Chaco siga con problemas, se puedo sembrar más del 50% del terreno.
“Si sigue esta frecuencia de lluvias, creemos que para mediados de octubre va a estar todo sembrado, con buena germinación y buen desarrollo. Después vamos a ir viendo cómo se comporta el tiempo. Las perspectivas son de un 60% de año neutro y 30% de fenómeno Niña (sequía)”, precisó.
Acerca de las proyecciones de cosecha divulgadas por el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) para Paraguay, que lo ubican en las 10 millones de tn para esta campaña 2022/2023, evaluó que incluso se podría superar esta cifra.
“La estimación nuestra está en la misma línea y puede ser un poco más. Con eso igual ya tendremos una recuperación de la economía paraguaya, el objetivo es ese. Así fue en el 2013, cuando hubo mala cosecha”, aseguró.
Detalló que también se está sembrando sésamo, que pese a tolerar más la falta de humedad, este año estuvo impactado al igual que el maíz zafra. Pero, igualmente sostuvo que la producción de maíz fue buena y ayudó a mitigar la reducción de cosecha de soja.
En este contexto, la consultora MF Economía, reveló los últimos datos sobre los impactos socioeconómicos de la sequía en Paraguay. Dicho informe muestra la fuerte dependencia de la producción del sector primario y sus encadenamientos.
Según el reporte, la dinámica de la economía paraguaya ha sido afectada por la mayor sequía de la que se haya tenido registro en el país. Señala que las consecuencias de las condiciones climáticas afectaron a los agentes del sector agropecuario con su consecuente reflejo en los resultados macroeconómicos.
Así, en cuanto a la tasa del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), el informe expuso que en 2019, hubo un decrecimiento (-0,4%), en tanto que en el sector agro se produjo una caída del -4,4%; luego en 2020 se experimentó un repunte histórico, ya que pese a la caída del -0,8% del PIB, la agricultura representó un crecimiento del 9%.
Posteriormente, en 2021, el crecimiento real del PIB ascendió al 4,1%, mientras que el agro disminuyó en -18,1%. Por último, este 2022, el PIB real tuvo una caída del -1%, en el cual el agro representó una disminución del -28,8%, según datos proveídos por el Banco Central del Paraguay.
Entre los principales efectos de la sequía, se mencionan a la caída de la actividad económica, mayores niveles de desempleo, presiones inflacionarias en alimentos, reducción de las exportaciones del principal cultivo del país (soja) y, por ende, el menor ingreso de divisas.
Por su parte, Hugo Pastore, director ejecutivo de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), manifestó que es relevante el movimiento macroeconómico del país cuando hay clima adverso.
“Cuando tenemos un evento como el de la zafra anterior, esto se refleja en todo el año calendario que viene en secuencia, entonces todos los datos económicos que vemos son resultados de aquel evento todavía”, expresó.
Por consiguiente, con el inicio de esta nueva campaña, las expectativas serán nuevas. “Tuvimos lluvias importantes que permiten avanzar bien en los trabajos de siembra. Hay un poco de preocupación siempre por cómo se irán desarrollando los eventos de clima”, expuso.
De igual forma, apuntó que existe un arranque importante, pero las expectativas son prematuras. “Tiene que pasar mucha agua bajo el puente todavía”, ilustró acerca de las estimaciones del USDA.
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