El detalle detrás del récord revela una transformación estructural del negocio: Paraguay ya no solo vende carne, sino que capitaliza integralmente cada parte del animal, generando más valor y diversificando mercados.
Las menudencias bovinas registraron el mayor crecimiento del año. En solo diez meses, las exportaciones sumaron 64.497 toneladas, con un valor FOB de US$ 122,8 millones, lo que representa un aumento del 66% en valor y 43% en volumen respecto a 2024.
Rusia se mantuvo como el principal destino, seguido de Taiwán, Egipto, Vietnam y Gabón. Este segmento, históricamente considerado de menor relevancia, se convirtió en un nuevo pilar comercial gracias a la demanda sostenida en Asia y África, donde estos productos tienen alto valor gastronómico y cultural.
El crecimiento de las menudencias también evidencia una estrategia más eficiente de aprovechamiento integral, donde los frigoríficos logran rentabilizar volúmenes antes desaprovechados y acceder a nuevos nichos internacionales.
El otro gran motor de 2025 fueron los subproductos cárnicos, tanto comestibles como industriales. En conjunto, generaron más de US$ 280 millones, con destinos en más de 30 países.
Los subproductos comestibles —como lácteos, tripas naturales y productos termoprocesados— alcanzaron US$ 114 millones, con fuerte presencia en Brasil, Chile, Líbano, Rusia y Estados Unidos. En tanto, los no comestibles (sebo, cuero, harina y colágeno) aportaron US$ 166 millones, con Estados Unidos y Brasil como principales compradores.
Este auge industrial refleja un salto cualitativo en el procesamiento local. Paraguay no solo exporta materia prima, sino que genera valor agregado a través de subproductos que encuentran mercado en sectores como la cosmética, farmacéutica, alimentaria y manufacturera.
Aunque los subproductos y menudencias marcaron el diferencial, la carne bovina continúa siendo el buque insignia del país. Con 307.000 toneladas exportadas y un valor de US$ 1.795 millones, creció un 27% en valor respecto al año anterior.
Los principales destinos siguen siendo Chile, Taiwán y Estados Unidos, que juntos concentran más del 60% del total exportado. Le siguen Israel y Brasil, mientras que nuevos mercados como Canadá, Ghana y Albania consolidan la expansión del producto paraguayo.
“El dato más interesante es que los mercados tradicionales mantienen su ritmo, pero el crecimiento marginal proviene de los rubros complementarios”, señalan fuentes del sector, destacando el papel de la innovación industrial en la rentabilidad general.
En los últimos ocho años, las exportaciones cárnicas paraguayas se duplicaron en valor y crecieron más del 170% en volumen. En 2017 el país exportaba US$ 916 millones; hoy supera los US$ 2.200 millones, reflejando una madurez industrial que integra calidad, trazabilidad y diversificación.
Este desempeño también se apoya en un ecosistema sanitario sólido y una red logística eficiente, factores que fortalecen la confianza de los mercados internacionales.
El 2025 marca un punto de inflexión: Paraguay ya no solo exporta carne, sino conocimiento, tecnología y eficiencia aplicada al aprovechamiento total de sus productos. Con más valor agregado y nuevos destinos en expansión, el país se consolida como un referente regional en exportación cárnica integral, donde cada parte cuenta —y cada tonelada deja más dólares en casa.

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