Este año, Chipas de raíces profundas fue reconocido como el Mejor Libro de Cocina Artística del Mundo en el prestigioso certamen Gourmand World Cookbook Awards, celebrado en Portugal. Pero más allá del galardón, la historia detrás de este libro es un viaje profundo que entrelaza raíces personales y un compromiso con la cultura paraguaya.
Todo comenzó con una invitación inesperada. En mayo del año pasado, Floreza Contribu, hija del fundador del certamen, se contactó con Grillo y le pidió algunas hojas del libro que estaba desarrollando. Sin titubear, envió la obra completa.
“En julio de ese año salí nominado en tres categorías. Una de ellas era sobre pueblos indígenas; otra, como único elemento —aunque luego se dieron cuenta de que la chipa no es una sola, sino muchas—, y la tercera como mejor libro artístico. Fue la primera vez que se creó esa categoría. Nunca antes un libro de cocina ilustrado había sido considerado así. Los anteriores eran pequeños libros con algunas ilustraciones, pero este tenía más de 140 páginas totalmente ilustradas. En noviembre ya me nominaron como finalista”, recordó Grillo.
Grillo contó con el apoyo de una marca nacional de productos avícolas y del Ministerio de Turismo. El evento incluyó una ceremonia de bienvenida en un restaurante dirigido por un chef argentino. Lo que sucedió después fue histórico: Grillo fue declarado ganador en dos categorías: Mejor Libro de Cocina Artística del Mundo y Mejor Libro de la Categoría de Pueblos Indígenas.
“Yo siempre digo que es como si un fotógrafo de barrio se ganara un Oscar junto a Scorsese y Spielberg”, reflexionó. Finalmente logró el titulo Mejor Libro de Cocina Artística del Mundo.
Pero Chipas de raíces profundas es una obra de arte visual que ilustra más de 200 recetas diferentes de chipa, muchas de ellas recopiladas e investigadas por Margarita Miró. “Lo que hice fue ilustrar las 70 recetas de ella, más 40 recetas que yo tengo, en total yo reuní más de 200 recetas de chipa, las cuales voy a ir sumando en cada versión nueva que saque”, dijo Benítez.
¿Por qué la chipa?
Paraguay es el único país que tiene un pan propio. No estamos hablando del pan de trigo que llegó con los colonos, sino del pan creado con ingredientes autóctonos: mandioca, maíz, almidón. La chipa no es solo un alimento, es un tyra (en guaraní un acompañamiento) una parte del alma paraguaya.
Cada pueblo, cada barrio, incluso cada familia, tiene su propia versión; por ejemplo: Pedro Juan ahora lanzó su chipa, de caburé, que no es con el palo, sino otro tipo. Entonces hay una riqueza muy grande que mucha gente, en su mayoría, no conoce. “Estoy por lanzar un nuevo proyecto que se llama Cuseñar Chipa, que es algo parecido al sommelier, pero es convertirte en experto en chipa”, adelantó.
¿Dónde nace tu amor por el arte?
“De chico empecé a pintar. Hoy ya tengo 56 años (dedicarse al arte hasta hoy es difícil). Toda mi vida trabajé en un mundo analógico, pintar con óleo, con acrílico, con acuarela, pero bueno, yo soy diseñador gráfico. Nací en Formosa, Argentina, pero mi alma y mi arte están profundamente ligados a Paraguay. Por parte de padre soy paraguayo, sin embargo, mi mamá es española, mi mamá, mi abuelo portugués, y mi abuela española; pero yo crecí como paraguayo, antes la única diferencia entre un formoseño y un paraguayo era la banderita plata, nosotros de chico consumíamos Canal 9, Canal 13 de Paraguay, entonces toda nuestra cultura es paraguaya.
Ilustrar para recordar
Su formación como diseñador gráfico y su pasión por la pintura lo llevaron a experimentar con técnicas mixtas: desde óleo y acrílico hasta acuarela digital. Pero fue recién en 2010 cuando encontró su verdadero camino: retratar lo paraguayo. “Me di cuenta de que había un vacío en el arte visual paraguayo. Se conocía mucho de la artesanía, pero no del arte ilustrado sobre nuestra cultura”, explicó.
Así nacieron sus primeros trabajos, ilustraciones de mujeres paraguayas, guampas de tereré con ñandutí, y recetas típicas. Más tarde, ideó una línea de tazas ilustradas. Con su emprendimiento Yvy marã eỹ (Tierra sin mal en guaraní) vendió más de 15.000 tazas, muchas con ilustraciones de aves, flora y fauna nativa, mitología y comidas típicas.
El fenómeno que vive hoy Paraguay, en palabras de Grillo, es una revolución cultural. “Hace 10 años no existía esta valorización de lo nuestro. Hoy los chicos ilustran mitos, cocinan comida paraguaya con técnicas modernas, los eventos de San Juan son fiestas que duran un mes entero y hasta en Europa se celebra”, destacó.
Para él, esa transformación tiene una base clara: el orgullo cultural y la conexión emocional con lo propio. “La chipa está metida en lo sagrado. El chipa apo durante Semana Santa, las comidas tradicionales en San Juan, las recetas transmitidas oralmente. Todo eso conforma una identidad colectiva que hoy estamos empezando a documentar y mostrar al mundo”.
Con el éxito internacional de Chipas de raíces profundas, Grillo ya está preparando su segunda gran obra: Tierra y Fuego, un libro ilustrado de gastronomía paraguaya en sentido amplio. En él distinguirá entre comida típica, tradicional y popular, explorando cómo cada una refleja una historia y un contexto social.
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