José Luis Heisecke, presidente del gremio, explicó que la baja del dólar redujo parcialmente los precios de ciertos materiales y equipos importados, pero al mismo tiempo generó dificultades en la proyección de presupuestos. “Por un lado, se abaratan algunos insumos, pero por otro, los contratos y licitaciones se firmaron con proyecciones distintas del tipo de cambio. Esa diferencia complica la ejecución financiera de muchas obras”, comentó el titular de Capaco.
Heisecke analizó el impacto de la baja del dólar y la inflación en los costos del sector, señalando que el efecto es “mixto” y que las empresas se mantienen cautelosas ante la falta de previsibilidad. Aunque la disminución del tipo de cambio alivió algunos costos, también introdujo incertidumbre en la planificación de obras públicas y privadas.
El representante del gremio destacó que aproximadamente entre el 35% y el 40% de los materiales utilizados en la construcción local provienen del exterior o dependen de insumos importados. “Hierro, acero, maquinaria pesada, materiales eléctricos y de terminación son algunos de los rubros más sensibles al tipo de cambio. Cualquier variación significativa, ya sea al alza o a la baja, impacta en el costo final de las obras”, precisó.
Ante los movimientos bruscos del dólar, las empresas constructoras ajustan sus presupuestos según el tipo de contrato. Heisecke detalló que los contratos con el Estado incluyen cláusulas de reajuste o actualización de precios, aunque no siempre se aplican con la agilidad necesaria. “En el sector privado, los ajustes se renegocian directamente entre las partes. Lo esencial es mantener reglas claras para que las empresas puedan cumplir sin afectar la calidad ni el ritmo de las obras”, subrayó.
A su vez, reconoció que el encarecimiento reciente afectó tanto a materiales importados como nacionales. “En los productos nacionales, el aumento responde más a los costos internos (energía, logística y mano de obra) que al tipo de cambio. En los importados, el impacto proviene de los precios internacionales y del transporte. Es un encarecimiento moderado pero sostenido, que obliga a una gestión de costos más precisa”, explicó.
Consultado sobre la posibilidad de sustituir materiales importados por alternativas nacionales, Heisecke señaló que el margen de sustitución “existe, pero sigue siendo limitado”. “Paraguay cuenta con una industria de materiales en crecimiento, con producción de cemento, ladrillos, cal, hormigón y estructuras metálicas. Sin embargo, aún dependemos de insumos y tecnología importada en varios segmentos”, afirmó.
El dirigente insistió en la necesidad de fortalecer la industria nacional para reducir esa dependencia. “La clave está en impulsar la producción local con calidad y escala. Desde Capaco estamos promoviendo un diálogo entre la industria, el gobierno y las empresas para fortalecer la cadena de valor nacional de la construcción”, sostuvo.
Finalmente, Heisecke resaltó que el sector valora la estabilidad cambiaria, pero necesita previsibilidad. “No pedimos un dólar alto ni bajo, sino un dólar estable y previsible. Solo así las obras podrán ejecutarse en tiempo y forma, sin sobresaltos presupuestarios que afecten el desarrollo del país”, concluyó.

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