Desde el punto de vista económico, uno de los principales indicadores del año estuvo dado por el desempeño de los remates vinculados a la asociación. Durante el 2025, las subastas organizadas por socios y avaladas por la APCM alcanzaron una facturación superior a Gs. 2.000 millones, reflejando la buena demanda por genética Cuarto de Milla y la confianza del mercado en la raza. “Es un número que muestra claramente la salud del mercado y el momento que estamos atravesando”, señaló Ruiz.
A ese volumen se suma un flujo constante de operaciones que no ingresan en las estadísticas formales de la asociación, pero que forman parte del negocio. Se trata de ventas directas entre criadores y de transacciones hacia otros mercados que no pasan por los remates oficiales, pero que acompañan el buen desempeño general. “Hay muchísimos negocios que no podemos cuantificar, pero que son parte del efecto derrame de este buen momento”, explicó el presidente de la APCM.
El contexto favorable del negocio ganadero, con precios firmes para la carne y un escenario de rentabilidad más previsible, también jugó a favor del sector equino. Para Ruiz, el crecimiento comercial no puede analizarse de manera aislada, ya que está estrechamente vinculado al desarrollo deportivo y a la visibilidad que la raza gana a lo largo del año.
En ese sentido, el 2025 mostró una agenda deportiva cargada. La asociación acompañó y apoyó múltiples competencias organizadas por sus socios y por entidades aliadas, con dos hitos centrales: la Expo de Julio, considerada el evento más importante del calendario por la cantidad de animales y la duración de la muestra, y la Expo Rodeo Trébol. A esto se sumaron competencias de menor escala en distintos puntos del país, que ampliaron la presencia territorial del Cuarto de Milla.
Más allá del impacto deportivo, Ruiz remarcó el valor social de estas actividades, especialmente por la creciente participación de niños y jóvenes. “Es una actividad sana, que los saca de las pantallas y los conecta con algo muy nuestro”, destacó, subrayando que el deporte ecuestre también cumple un rol formativo y cultural.
Desde la gestión, uno de los ejes centrales fue el fortalecimiento de la pata comercial de la asociación. El objetivo es que el productor cuente con canales de venta transparentes y justos, que reconozcan el valor real de la genética y generen incentivos para seguir invirtiendo en calidad. “Si el criador siente que su producto se paga como corresponde, va a seguir apostando a mejorar”, afirmó Ruiz.
Mirando al 2026, la APCM proyecta al menos tres remates organizados por la asociación, además de continuar respaldando a los socios que realicen subastas particulares. La demanda por animales de calidad sigue firme y, según el titular del gremio, debe estar acompañada por procesos de selección serios y por el respaldo institucional.
La exportación de genética volvió a aparecer en el radar durante el año, con la salida al exterior de una yegua, un hecho que generó impacto y visibilidad para la raza. Sin embargo, Ruiz fue cauto al señalar que, si bien la asociación apoyará estos procesos, el foco seguirá puesto en el mercado interno. Los altos costos logísticos y sanitarios hacen que la exportación sea un desafío más complejo que un objetivo inmediato.
Con números sólidos, mayor profesionalización y una estrategia clara, el Cuarto de Milla cerró un 2025 que consolida su lugar como uno de los negocios equinos más dinámicos del país. Para la APCM, el desafío ahora es sostener ese ritmo y seguir construyendo un mercado cada vez más competitivo.
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