De acuerdo con el último informe de volumen de exportación elaborado por el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), Paraguay exportó entre enero y noviembre 17.173.437 kilos de carne porcina, por un valor FOB de US$ 52,5 millones. Esto representa un crecimiento interanual del 57,8% en volumen y del 69,3% en valor frente al mismo período de 2024. A estos números se suman las menudencias porcinas, que también registraron incrementos relevantes.
Este salto exportador explica, en gran medida, la estabilidad de precios que caracterizó al 2025, según Enzo Mannarini, presidente de la Asociación Paraguaya de Productores de Cerdos (APPC). “Tenemos un precio estable desde hace por lo menos un año y medio, algo que no era habitual para el sector. La exportación fue clave, pero también el aumento del consumo interno”, señaló.
En efecto, el crecimiento de la demanda local se consolidó como la segunda pata que sostiene el negocio. Mientras las industrias más grandes direccionaron mayores volúmenes hacia los mercados externos, los pequeños y medianos productores encontraron un escenario más favorable para abastecer el mercado interno, con menor presión competitiva y mejores condiciones comerciales.
Los datos oficiales muestran, además, una fuerte concentración de destinos para la carne porcina paraguaya. Taiwán absorbió el 76% del valor exportado, con envíos por más de US$ 45 millones, seguido por Brasil, Uruguay y Georgia, según el desglose por mercados incluido en el informe de Senacsa. Esta dependencia refuerza la necesidad de aumentar la escala productiva y avanzar hacia una mayor integración de los productores en la cadena exportadora.
Ese proceso ya está en marcha. Mannarini destacó que el aumento de la demanda impulsó una expansión del plantel reproductivo y una mayor inversión en genética y manejo. “Estamos trabajando para incorporar más vientres, mejorar la genética y capacitar en manejo de granjas, porque no alcanza solo con tener buenas razas: hay que ser eficientes”, explicó.
En Paraguay, la producción porcina se basa principalmente en sistemas de cruzamiento. Las razas más utilizadas son Large White y Landrace, que se combinan para obtener madres eficientes, y luego se cruzan con Duroc o Pietrain para la producción de animales de engorde. Las razas puras son poco frecuentes y el foco está puesto en la productividad y la adaptación.
Otro indicador del buen momento que atraviesa la actividad es el creciente interés de nuevos actores. Durante 2025, la APPC triplicó su cantidad de socios y semanalmente recibe consultas de personas interesadas en iniciarse en la producción porcina.
No obstante, el sector también cerró el año con desafíos pendientes. El principal sigue siendo el acceso al financiamiento. En ese marco, la APPC presentó un proyecto para desarrollar 100 granjas modelo de 50 vientres, iniciativa que fue presentada al Ministerio de Agricultura, al Ministerio de Industria y Comercio y a otras instituciones, con el objetivo de lograr apoyo financiero en 2026.
La propuesta apunta a integrar a pequeños y medianos productores a la cadena de exportación, generando un impacto social a partir del crecimiento económico que hoy muestra la industria. Con exportaciones en alza, precios estables y un renovado interés productivo, la porcicultura se posiciona como uno de los rubros con mayor proyección dentro del agro paraguayo.
Enzo Mannarini, presidente de la APPC
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