En diálogo con InfoNegocios, el doctor Mario Apodaca, presidente de Fundassa y vicepresidente primero de la ARP, explicó que la decisión responde a un criterio técnico y estratégico. “Queremos seguir vacunando. La sanidad animal no se negocia”, señaló, resaltando la importancia de mantener un sistema sanitario confiable que respalde la competitividad de la carne paraguaya.
Apodaca destacó que Fundassa opera mediante un convenio con Senacsa, lo que constituye una asociación público-privada clave para ejecutar las campañas de vacunación y garantizar la seguridad sanitaria del país. “Ese vínculo hay que cuidarlo. Funciona y da confianza tanto al productor como a los mercados internacionales”, explicó.
El dirigente aclaró que cualquier controversia sobre el cambio de estatus sanitario se da entre el sector privado y el público, con la ARP liderando la posición de los gremios privados y Senacsa representando al sector estatal. “Nuestro espíritu es consensuar con Senacsa y fortalecer el sistema antes de pensar en levantar la vacunación”, agregó.
Si bien la vacunación es el eje central, Apodaca enfatizó que existen otras acciones necesarias para proteger al ganado: vigilancia activa y pasiva, capacitación de técnicos y productores, leyes claras de indemnización, disponibilidad de vacunas para emergencias y protocolos de actuación rápida frente a brotes.
“Si surge un foco, el productor debe estar seguro de que el sistema va a responder de inmediato. Esto incluye desde la notificación del caso hasta la aplicación de un rifle sanitario y el control del foco, con participación de autoridades, técnicos y productores”, detalló.
En este sentido, Fundassa ya se prepara para la campaña de 2026, con personal técnico e insumos asegurados, y trabaja en una propuesta para fortalecer la colaboración con Senacsa, consolidando la seguridad y la eficacia del sistema sanitario.
Confianza del productor y estabilidad del mercado
Apodaca explicó que la vacunación también tiene un impacto directo en la confianza del productor paraguayo. “El día que se levante la vacunación, el productor tiene que tener la certeza de que todas las medidas complementarias están listas. Hoy esa seguridad no está garantizada, por eso queremos seguir vacunando hasta 2030”, afirmó.
La postura del sector privado es clara: mantener la vacunación como herramienta estratégica para sostener la confianza en el mercado y asegurar que cualquier eventualidad sanitaria pueda ser manejada de manera eficiente y coordinada.
Con esta estrategia, la ARP y Fundassa buscan no solo proteger la salud animal, sino también mantener la competitividad del sector cárnico paraguayo. “Nuestro objetivo es blindar el sistema sanitario, ganar la confianza del productor y sostener la asociación público-privada que ha demostrado ser exitosa. Eso nos permite proyectarnos con seguridad hacia el futuro”, concluyó Apodaca.
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