La idea empezó a gestarse en 2014 y abrieron las puertas a finales del 2015. “Yo era amante de este tipo de café, pero siempre creí que en Paraguay no se consumía mucho esta bebida. Nuestra hipótesis era que el asunceno/paraguayo eventualmente iba a modificar sus patrones de consumo hacia tendencias mundiales; producto de la globalización y el internet”, comentó Juan Cricco.
Para Cricco, el consumidor no se continuaría conformando con café torrado (tostado con azúcar) y amargo como era la costumbre, sino que le atraería una mejor oferta. “La punta de partida fue ver que el café de especialidad ya empezaba en Buenos Aires y con dos otros amigos, Giselle Lefebvre y Matthias Otto, nos propusimos traer un poco de este mundo al centro de Asunción”, expresó.
Ahí surge el nombre Café Consulado, luego descartar un sinfín de alternativas, como un puesto de avanzada del café de especialidad en la ciudad. “Los tres siempre quisimos tener un local de servicio propio. Un lugar que pudiésemos hacer a nuestro gusto y el café sirvió de plataforma para explorar eso y otros intereses particulares”, aclaró.
Hoy día se encuentran Matthias y Juan como socios-gerentes. “Nuestro objetivo siempre fue intentar atraer a todo el público y procurar ser lo más inclusivos posible. Naturalmente, al ser en parte una expresión de nuestros intereses, nuestros clientes tienden a ser jóvenes”, indicó. Sin embargo, durante un día normal pasan por el café banqueros, músicos, empleados públicos, estudiantes, artistas y algunos diplomáticos visitando el Consulado.
Para Cricco, el mercado cafetero creció bastante y a la par también ha incrementado la oferta, incluso en el nicho que ellos ocupan. “Hoy en Asunción hay muchas otras cafeterías de especialidad enfocadas al café muy buenas como: Kaffetario, que recientemente inauguró su nuevo local en Asunción, Humo, Kaffa, el Café de Acá (que está tostando su propio café), por mencionar algunas propuestas. Nosotros mismos estamos empezando a tostar y desarrollamos una marca con algunos otros amigos. Se llama Totem Tostadores y esperamos traer cada vez más variedad y calidad al mercado”, anunció.
Qué pedir
En el Café Consulado cada persona tiene un café estrella porque los chicos ofrecen algo para todos los gustos. Desde los que prefieren algo dulce como el BB Iced Latte con crema hasta el amante del espresso intenso y los filtrados más delicados, aunque Cricco está más entusiasmado por un experimento que están haciendo al ofrecer un batch brew a la gorra.
El joven emprendedor explicó que el café a la gorra consiste en tener siempre un termo de café fresco de especialidad y con muchísima calidad, recién preparado, y a disposición de los clientes para su autoservicio y autopago. “Tenemos un precio sugerido de G. 8.000 por taza, pero el cliente puede optar por pagar más o pagar menos, dependiendo del valor que le atribuya a la oferta y su disponibilidad en ese momento”, afirmó.
“La idea es que sea una alternativa para esos 45 del mes, cuando parece que el mensaje salvador del banco nunca llega, sabiendo que habría veces que el monto pagado sería menor al precio sugerido y esperando que el cliente lo compense en el futuro”, señaló. Cricco dijo que la idea de esta iniciativa es tener alternativas más accesibles y tratar de acercarse un poco más al lema de Café Consulado: café para todes.
¿Por qué ir a Café Consulado? Por tres razones únicas
El café. “Lo preparamos con nuestro mayor esfuerzo con equipos del mejor nivel (máquina de espresso La Marzocco, molinos Malkhonig, filtrado Technivorm, Fellow, Kalita y demás equipamiento), y ofrecemos los mejores granos posibles. Hoy en día estamos con granos colombianos en espresso y distintas variedades en oferta en filtrados dependiendo de la disponibilidad”, mencionó.
En segundo punto está el staff. “Si bien mencionar el buen servicio en este tipo de notas es prácticamente un cliché, nos esforzamos por tener colaboradores apasionados por el café y comprometidos con hacerles sentir a nuestros clientes como si estuviesen no en su casa, pero en la de sus amigos, y atendidos por los mismos”, cuenta el propietario.
Y finalmente, el gancho es que siempre hay alguna actividad. “Si no son las muestras de artes bimensuales o los talleres de bordado o las charlas o el playlist de los cuidacoches de enfrente los sábados a la mañana o los torneos de ajedrez, de Smash, los toques de bandas locales e internacionales, siempre están los ciudadanos del centro, un ser de por sí particular. El centro para mí es sin lugar a dudas el barrio más diverso y singular de toda la ciudad (en el mejor de los sentidos) y no creo que nuestra cafetería pueda ser la misma en ningún otro lugar”, aseguró.
Cricco adelantó que para el 2020 tendrán sus propios granos de café para la venta al público y darán a conocer más talleres sobre café. “Continuaremos explorando lo que sea que se nos ocurra en ese momento y sirviendo de plataforma para lo que nuestros clientes nos propongan y resulte interesante”, finalizó.
Café Consulado queda sobre O'leary entre Palma y Presidente Franco (al final de la galería Santa Catalina). Encontralos en las redes sociales como @consuladocafe
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