InfoNegocios conversó con Pepe Solís, presidente del Club MINI Paraguay, quien explicó que esta agrupación nació como una pequeña reunión de entusiastas y hoy se ha convertido en una verdadera familia. “Cuando se inició este club, era un grupo reducido de amigos amantes de los Minis. Con el transcurso de los años, este grupo fue creciendo y ahora ya pasamos a ser una familia. Somos entre 80 y 90 personas, contando hijos, esposas y novias”, expresó.
Actualmente, el club agrupa cerca de 40 vehículos MINI clásicos (fabricados hasta el modelo 1999) y promueve actividades que van más allá del automovilismo, como encuentros culturales, paseos familiares, exhibiciones y, sobre todo, acciones de impacto social. “Hace poco hicimos una actividad social, algo que solemos organizar dos o tres veces al año. Estuvimos con ancianos haciendo donaciones y visitas”, recordó Solís.
El espíritu del club también los impulsa a recorrer largas distancias. Uno de los hitos más destacados fue un viaje internacional que marcó la historia de la comunidad MINI a nivel mundial. “El año pasado hicimos un recorrido que nadie creyó que podríamos lograr. Fuimos por Argentina, cruzamos a Bolivia, luego a Perú y llegamos hasta Cusco y Machu Picchu. Fuimos 36 miembros”, contó con orgullo.
Ese viaje incluso captó la atención de clubes internacionales de MINI. “Fue una noticia que recorrió el mundo entre los amantes del Mini, porque nos seguían desde el exterior diciéndonos que teníamos que seguir ese ejemplo. En el mundo, cada club organiza sus eventos dentro de su país. Nosotros logramos visitar tres puntos icónicos a nivel mundial: Cusco, Machu Picchu y el Salar de Uyuni”, destacó.
La pasión por el MINI también tiene una dimensión emocional y familiar dentro del grupo. “Hay miembros del club que han tenido estos autos desde muy temprana edad, como un regalo del papá o del abuelo. Y hay otros, como yo, que siempre quisimos tener uno y lo logramos de grandes. En mi caso, hace unos nueve o diez años”, relató.
La estructura interna del club combina organización y participación democrática. Aunque cuenta con una conducción formal, la integración de todos los miembros es esencial. Además, tienen una presencia activa en redes sociales como Instagram y Facebook, donde anuncian eventos y comparten imágenes de sus actividades.
A mediados de noviembre, el Club MINI Paraguay se prepara para su próxima gran aventura: un viaje a Punta del Este, Uruguay, donde participarán de un encuentro internacional. “Somos 40 personas las que vamos a este evento internacional de Minis en Uruguay. Incluso se va un niño de dos años. Van esposas, novias, hijas, familias enteras. Eso creo que es lo más importante para un club”, enfatizó Solís.
Más allá de la afinidad por estos autos clásicos, el club defiende una filosofía de integración. “Logramos que no sea solo un club típico de autos, de hombres que se junta en un taller. Tenemos un hashtag que usamos: #somosfamilia. Los niños ya tienen las prendas del club, viajan con los papás, con los tíos. La familia está integrada, participa y viajamos todos juntos”, dijo.
Quienes tengan un MINI clásico y deseen sumarse pueden contactar con el club a través de sus redes sociales. “No hay muchas condiciones. Los interesados nos escriben, los invitamos a alguna reunión o paseo y vemos si tienen nuestra onda. También les damos la oportunidad de que ellos vean si se acomodan al grupo. Es algo mutuo”, concluyó Solís.
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