Han pasado décadas desde que el proyecto de un “auto volador” está en desarrollo, y hoy en día se está cada vez más cerca de convertirse en realidad. Y lo más importante, a corto plazo. Este vehículo, será capaz de trasladarse tanto por tierra como aire. El vehículo ya se encuentra cerca de la certificación. Mientras eso sucede, la empresa Samson Motorworks, ya ha recibido cerca de 800 pedidos de futuros clientes de 24 países.
El Switchblade puede volar a 165 nudos (305 km/h) con una relación potencia/peso cercano a la existente en el Chevy Corvette de 2017. Con ello, el modelo deportivo se convirtió en el coche-volador más popular del mundo, al menos en pedidos. El fabricante cree haber encontrado un equilibrio entre las cualidades del coche y del avión, al obtener un proyecto que privilegia igualmente su comportamiento en el aire y en tierra. Una de las trabas de los coches voladores era el hecho de que el coche obstaculizara las calidades del avión, mientras que el avión inviabilizaba su uso como coche. Aunque el concepto surgió de los años 1940, los países europeos se convirtieron en la cuna de la nueva tecnología. Japón, por ejemplo, invitó a fabricantes y empresas globales a intentar solucionar la cuestión y usar el país como incubadora de nuevos proyectos. Entre los nombres que fueron convocados están Airbus, Boeing y Uber.
Sin embargo, al menos para vehículos que unen el automóvil al avión, el obstáculo es la falta de infraestructura para el uso de la nueva tecnología. Pocas vías permiten el uso de vehículos del tipo, aun exigiendo áreas dedicadas para operaciones de aterrizaje y despegue. Además, el mayor obstáculo está en el control de tráfico aéreo, que podrá quedar rápidamente saturado.
Fuente: Aeronáutica Paraguay
Tu opinión enriquece este artículo: