Según una publicación hecha por Merca2.0 entre los eventos y experiencias que más están ganando terreno se encuentran:
Experienciales e interactivos: Las marcas invierten en formatos inmersivos para crear conexiones emocionales profundas.
Eco-responsabilidad: La sostenibilidad es un pilar fundamental. Prácticas como el uso de códigos QR, credenciales electrónicas, elección de proveedores locales, reducción del desperdicio de alimentos y compensación de la huella de carbono son cada vez más comunes. Los organizadores buscan minimizar su impacto ambiental y comunicar sus esfuerzos a una audiencia cada vez más consciente.
Eventos B2B (conferencias, ferias, lanzamientos): El enfoque está en la generación y conversión de leads, eventos internos (viajes de incentivos, Kick Off) donde se mide la satisfacción, la claridad del mensaje y la motivación. Además, se evalúa el impacto en la productividad y la retención del talento. Igualmente, las carreras y experiencias con marcas de lujo, donde se analiza el número de menciones en redes, el tráfico web y el NPS. Marcas como Nike miden la reputación post-evento y el “share of voice”.
Al respecto Tina Acosta, cofundadora y directora de NextPtf mencionó que los factores que están impulsando el interés por los eventos es porque “Las marcas entendieron que, en un mundo digital, lo analógico bien ejecutado es el mayor diferenciador: el sonido ambiente, las texturas, incluso la temperatura del lugar, cada detalle puede ser generador de momentos memorables. La gente valora el contacto real. El poder de una experiencia multisensorial no se puede emular en entornos digitales, el aroma del espacio, la interacción con especialistas... Eso no se compra online.”
Según Acosta el punto principal y que lo resumen por completo es: crear momentos que se sientan auténticos, no forzados donde la marca sea anfitriona, no vendedora. Lo que se vive, se recuerda. “Un buen evento no se limita a mostrar una marca, sino a hacer que la gente la sienta, esto genera momentos que quedan grabados porque activan emociones. Y luego, claro, los asistentes lo comparten en redes, multiplicando el efecto orgánicamente”, agregó.
Para ella, los eventos que están generando mucho ruido en inversión y que dan valor a la marca, en el mercado local, son aquellos que mezclan utilidad con diversión y experiencias, “Eventos con networking de alto valor, eventos con experiencias "instagrameables”, opinó.
Lo que tiene que quedar claro desde la óptica de Tina es que lo que ya no funciona es realizar eventos genéricos sin un propósito claro. “El público 2025 no asiste a eventos; elige vivir experiencias que sumen valor real a su vida profesional o personal”, puntualizó Acosta.
En cuanto al rol del funnel de conversión Tina planteó una mirada diferente: los eventos no son solo una herramienta táctica, sino un canal estratégico para construir vínculos duraderos. “Si una marca busca solo ventas inmediatas, hay mejores herramientas como Google Ads. Pero si quiere relaciones a largo plazo, los eventos son clave”, afirmó. Para Acosta, un evento bien diseñado tiene el potencial de transformar simples asistentes en auténticos embajadores de marca.
Al mirar hacia el futuro, Acosta describió una evolución que conjuga tecnología y humanidad. “El futuro de los eventos es paradójico: más tecnología para crear experiencias más humanas”, señaló. En este nuevo paradigma, la sostenibilidad deja de ser un extra para convertirse en un valor central, y ganan protagonismo los microeventos exclusivos, donde lo íntimo y lo memorable pesan más que la masividad.
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