“Empecé a hacerlo como algo personal, quería entender más sobre su biología, su taxonomía, conocerlas mejor”. Sin embargo, a medida que se adentraba en ese mundo, se dio cuenta de que no estaba solo. “Había muchísima gente que también estaba interesada, pero no tenía acceso a información real ni a espacios de aprendizaje”. Hoy en día realiza decenas de capacitaciones anuales, colaborando con instituciones públicas y privadas sobre la conciencia respecto a estos reptiles
“El cambio en la mentalidad de la gente es increíble”, aseguró Krause. “Hace una década me llegaban fotos de serpientes muertas todos los días. Hoy me escriben preguntando qué especie es y dónde pueden liberarla”, contó. Este giro en la actitud ciudadana es el resultado de años de trabajo en terreno, redes sociales y medios de comunicación que han ayudado a visibilizar la importancia de estos animales.
La serpiente dejó de ser vista como un ser demonizado y comenzó a ganarse su lugar como un eslabón vital en la cadena ecológica. A modo de ejemplo, mencionó que hay más muertes humanas causadas por perros domésticos o enfermedades transmitidas por mosquitos que por mordeduras de serpientes. “Pero por desconocimiento, se las sigue viendo como un peligro inminente”, dijo.
“Las serpientes son los animales con más cuentos falsos que existen”, afirma sin titubeos. Desde la famosa "ñacaniná que persigue gente" hasta la supuesta peligrosidad la ñanduriré. “Muchos de estos relatos no nacen de la maldad, sino del desconocimiento. Pero al repetirse, se transforman en creencias arraigadas que justifican el miedo, el odio y la matanza de estos animales”, mencionó.
En el Serpentario Guaraní, incluso desarrollaron una técnica efectiva para cambiar percepciones: permiten que los visitantes, bajo supervisión, manipulen culebras inofensivas. “Cuando tienen a la ñacaniná en la mano y ven lo tranquila que es, se enamoran. Y ahí es cuando ocurre el verdadero cambio”, resaltó.
El 13 de marzo de 2024, Danilo inauguró el serpentario dedicado exclusivamente a especies nativas y autóctonas. En su primer año, el Serpentario Guaraní recibió miles de visitantes y se posicionó como una referencia nacional en educación ambiental.
“Fue un boom, la gente vino de todas partes del país. Querían aprender, sacarse las dudas, ver de cerca lo que siempre les habían enseñado a temer”, recordó.
Danilo puntualizó los errores más comunes que la gente comete al encontrarse con estos reptiles. “El peor error es querer agarrarla sin saber, porque hay mucha gente que encuentra una serpiente y la quiere agarrar. Y vieron en la película como un personaje agarró a una serpiente y quieren implementar, pero cada una es distinta. En Paraguay estamos hablando de 120 especies y no todas tienen el mismo manejo. Cada ejemplar se le manipula dependiendo de su carácter, de cómo se comporta, si es venenoso o no, del tamaño, de las circunstancias, si está en el agua en el árbol o en un agujero, etc”.
En lugar de actuar por impulso, recomienda siempre avisar a los bomberos o especialistas capacitados. “Así como uno no intenta apagar un incendio sin llamar a los bomberos, tampoco debería intentar manipular a un animal que desconoce”, enfatizó.
Otro de los grandes factores detrás del aumento de encuentros entre humanos y serpientes es la urbanización descontrolada y la pérdida de hábitats naturales. “La gente cree que las serpientes invaden sus casas, pero en realidad somos nosotros los que estamos invadiendo su territorio”, explicó.
Con la destrucción de su entorno natural, las serpientes se ven obligadas a migrar a zonas urbanas en busca de alimento, especialmente donde hay roedores, aves o agua. “Es un desequilibrio provocado por el ser humano. Y si queremos evitar estos encuentros, debemos empezar por conservar sus espacios naturales”.
Las serpientes cumplen un rol vital en los ecosistemas, regulando las poblaciones de otras especies que sí pueden generar problemas sanitarios. “Si eliminamos a las serpientes, vamos a tener otros desequilibrios. No hay forma de ganar en esa ecuación”, dijo.
En este punto, Danilo insiste en la educación como única herramienta efectiva para generar conciencia. “No se puede conservar lo que no se conoce. Por eso, la base de todo debe ser la educación, desde el jardín hasta la universidad”.
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