Es por eso que bajo la consigna Meme + braille, diversión para todos, se desarrolló la primera exhibición de memes inclusivos. Teniendo en cuenta que más de 250.000 paraguayos tienen discapacidad visual, Skol decidió llevar esto a la práctica, adaptando las pequeñas dosis de humor efímero visual. La jornada además contó con el asesoramiento de la Fundación Saraki.
Liz Díaz, de la Fundación Saraki estuvo vinculada al evento Meme + braille debido a que desde la organización trabajaron en conjunto brindando asesoramiento, sobre todo para instruir acerca del trato que debían tener los presentes, y también como guías durante el evento.
Además, hicieron talleres y, como persona con discapacidad visual, fue a experimentar la muestra, que contó con una selección de memes que fueron llevados a la realidad de la mano de Po Paraguay, mediante tecnología de impresión 3D, que creó diseños tridimensionales y una textura especial.
La importancia de crear este tipo de espacios
Para Liz es importante que se creen estos espacios de interacciones similares, porque este evento en particular permitió que las personas con discapacidad puedan asistir desde un ámbito más recreativo.
“Fue una iniciativa productiva porque no se desarrolló desde un sector educativo o laboral, sino del lado del ocio, la recreación. Creo que este tipo de espacios hacen falta para las personas con discapacidad debido a que en nuestro país no tenemos espacios similares, es decir, sitios adonde podamos ir a distendernos”, indicó.
Asimismo, destacó el hecho de que la iniciativa y predisposición hayan partido de una empresa y sostuvo que para ella esto fue como una experiencia diferente a la que estaba acostumbrada, debido a que solo tenía acceso a los memes a través de las explicaciones de sus amigas.
“Es como que le pude dar forma a lo que en algún momento me explicaron. Eso fue lo lindo de esta actividad, porque pudimos entender mejor los detalles y las formas de las cosas a través de la impresión 3D. Y tuvimos la oportunidad de contar con una descripción más detallada en audio, porque se pudo contar con una descripción para personas que no podían leer en braille”, añadió.
Resaltó el hecho de que hayan abierto la posibilidad a personas con discapacidad auditiva, gracias a los intérpretes que hubo en el evento. Agregó que siempre hay que tener en cuenta que en el momento de hablar de un acto inclusivo no significa que ya lo es solo por crear espacios dirigidos a cierto tipo de discapacidad, sino que se debe pensar en todas las personas, incluyendo a las que no la tienen.
Falta mucho para ser un país inclusivo
“Estos espacios suman y ayudan a concienciar a las personas sobre la inclusión. Como sociedad estamos avanzando en eso, y esto suma y aporta para que seamos un poco más conscientes sobre el concepto de personas con discapacidad. Creo que ayuda a poder visibilizar también a las personas porque a veces hay ciertos estigmas y creencias que limitan, pero estos espacios ayudan a que la gente se dé cuenta que podemos formar parte de ellos, y que solo necesitamos ciertas adaptaciones o adecuaciones en las actividades”, enfatizó.
Aseguró que falta mucho para ser un país más inclusivo, y consideró que lo principal es que cada persona cambie su actitud o percepción para lograr que la discapacidad sea un tema de la vida cotidiana, no algo extraño del cual nadie conoce.
En cuanto a sus proyecciones, Díaz indicó que actualmente está terminando la licenciatura en psicopedagogía. Su ideal es llegar a una especialización en el exterior porque le gustaría aportar desde el ámbito de la inclusión laboral. “Mi proyección va por ese lado, poder formarme y conocer un poco más. A partir de lo que conozca comenzaré a aportar”, puntualizó.
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