Trinidad se especializó en el desarrollo de aplicaciones móviles en los últimos seis años, un ámbito que, según él, exige creatividad, disciplina y mucha capacidad de adaptación. “Un programador básicamente soluciona problemas cotidianos con tecnología. Eso puede ser desde un celular hasta una plataforma en internet, que hoy ya es un derecho para toda la humanidad”, señaló.
En su día a día, el especialista reconoció que el trabajo no siempre sigue una rutina ordenada. Como líder de equipo, además de escribir código, dirige procesos, coordina proyectos y resuelve obstáculos para que los productos lleguen en tiempo y forma a los usuarios finales. “El desafío está en encontrar un balance entre crear cosas nuevas, dar soporte a lo que ya existe y participar en el diseño de nuevas funcionalidades”, explicó.
Consultado sobre las habilidades más importantes para destacarse en este rubro, Trinidad no dudó: la paciencia. “El día a día es caótico. Hay que lidiar con problemas técnicos, con clientes y con equipos multidisciplinarios. Saber explicar una misma idea de diferentes formas es esencial”, sostuvo. A eso sumó otra condición fundamental: ser autodidacta. “La tecnología cambia a una velocidad increíble. Lo que hoy es novedad, mañana puede ser obsoleto. Si no actualizás tus conocimientos, te quedás atrás”.
Ángel Trinidad, Tech Lead de Humand
La conversación inevitablemente llevó al tema de la inteligencia artificial. Para Trinidad, lejos de ser una amenaza, se trata de una herramienta estratégica que marcará diferencia entre profesionales. “La IA no reemplaza profesiones, pero sí distingue a quienes la utilizan bien. Un desarrollador que no usa inteligencia artificial hoy ya es más lento que el que sí lo hace”, afirmó.
En cuanto al papel de los desarrolladores en la economía paraguaya, Trinidad fue crítico y realista. “Estamos en una etapa prematura comparados con el primer mundo. Faltan más apoyos a startups locales que realmente solucionen problemas sociales y mejoren la calidad de vida. La mayoría de los programadores paraguayos terminan trabajando para el exterior, donde los salarios son muy superiores”, comentó.
La diferencia salarial, de hecho, marcó su propia experiencia. Trabajó varios años en empresas nacionales antes de dar el salto al mercado internacional, donde los ingresos en dólares resultaron imposibles de igualar con el mercado local. “Una vez que probás esa experiencia, es muy difícil volver atrás. El salario es la mayor diferencia, y eso empuja a muchos a mirar hacia afuera”, relató.
Respecto al futuro, Trinidad apuntó sin rodeos hacia la inteligencia artificial como el gran factor que seguirá revolucionando el sector. “Toda tecnología que integre IA va a marcar el desarrollo en los próximos cinco o diez años. Pero la clave está en que todo evoluciona rápido y no hay una sola herramienta que dure demasiado en el mercado”, advirtió.
Finalmente, dejó un consejo directo para los jóvenes que quieren iniciarse en este mundo: aprender por cuenta propia. “No alcanza con lo que enseña la facultad. El diploma no garantiza éxito en tecnología. Lo que te hace competitivo es la práctica constante, la curiosidad y enfocarte en lo que realmente te apasiona”, aseguró. Para él, la clave está en empezar con cursos gratuitos en plataformas como YouTube y luego especializarse según el área de interés.
Con la paciencia como aliada, la curiosidad como motor y la inteligencia artificial como herramienta, Ángel Trinidad resumió en pocas palabras el camino de un programador en Paraguay: un profesional que construye soluciones, se adapta al cambio constante y busca abrirse paso en un ecosistema local que todavía necesita mayor apoyo para consolidarse.
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