La historia de Juan comienza con una ilusión compartida. Junto a dos amigos planificó un viaje al icónico Salar de Uyuni en Bolivia. La ruta estaba trazada y la emoción en el aire, pero días antes de la partida sus compañeros de aventura se bajaron del plan. En ese momento, la decisión no era fácil: ¿cancelar el viaje o embarcarse solo en la travesía? Juan eligió lo segundo.
"Ya tenía todos los papeles y seguros de la moto listos, y había ahorrado para mis gastos. Decidí irme solo", contó Juan. Y así, sin compañía pero lleno de determinación, comenzó su viaje en solitario que no sólo lo llevó a Bolivia, sino a otros cuatro países, cruzando fronteras y conociendo personas que marcaron su vida para siempre.
Cuando se le pregunta a Juan sobre los costos de viajar en moto, su respuesta es clara: todo depende. "Depende mucho del tipo de moto que tengas. El viaje puede salir muy barato o muy caro", explicó. Sin embargo, lo más importante no es el dinero, sino el espíritu de aventura. Para Juan, lo esencial es animarse a salir de la zona de confort y disfrutar del camino, sin importar el presupuesto.
Para aquellos que están considerando seguir sus pasos, Juan tiene un mensaje simple, pero poderoso: "No importa la moto que tengas, lo importante son las ganas de viajar. No le tengas miedo a los desafíos, ya sea en solitario o acompañado. Siempre encontrarás a alguien que te eche una mano en el camino. Es más fácil hacer amigos en el viaje que viajar con amigos”, añadió. Con lo justo y necesario, dijo Juan, se puede lograr cualquier cosa y aún te sobra para disfrutar del viaje.
Las experiencias que ha vivido han transformado la forma en que Juan ve la vida. "Te das cuenta de lo pequeño que eres en un mundo lleno de cosas hermosas. Hay más allá afuera de lo que podés imaginar", reflexionó. Cada viaje le ha enseñado que, aunque algo parezca difícil, si podés pensarlo, podés hacerlo. Solo necesitas un pequeño empujón.
Cuando se le pregunta qué es lo que no puede faltar en su equipaje, Juan lo tiene claro: herramientas básicas, su equipo de tereré y la bandera de su querido Paraguay. Estos elementos no solo le acompañan físicamente, sino que representan su identidad y la conexión con su hogar, sin importar cuán lejos esté.
Para descansar, Juan confía en su instinto. "Cualquier lugar es ideal para detenerse un rato y continuar camino", dijo, aunque también sugiere las estaciones de servicio como una opción segura. La clave está en conocer tus límites y saber cuándo es el momento adecuado para detenerse.
"La sensación de libertad que se siente al viajar en moto es única. Vos sos el arquitecto de tu destino", afirmó. Para él, el viaje en moto es un recordatorio constante de que la verdadera aventura comienza en el momento en que uno se atreve a dar el primer paso hacia lo desconocido.
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