Una de las principales diferencias en la hidratación entre un niño y un adulto es la cantidad de líquido que debe ingerir. “Los niños no son iguales a los adultos en cuanto a sus necesidades de líquidos, porque tienen una composición del cuerpo diferente”, explicó la especialista.
Mientras que “en los adultos el cuerpo es del 55% al 60% líquido, en el de un niño representa de un 65% a un 80%. En los recién nacidos el cuerpo está compuesto por un 80% de líquido”, apuntó. Además, el aumento de las temperaturas, situaciones de estrés y ciertas enfermedades hacen que el organismo trabaje de una manera más acelerada y necesite mayor aporte de líquido para cumplir correctamente sus funciones, por lo que ante estas condiciones hay que prestar especial atención.
Uno de los más afectados ante la falta de hidratación adecuada es el riñón, ya que este órgano depende del agua para desintoxicar el organismo. Para conocer la cantidad aproximada de líquidos que deben ingerir los niños, los pediatras cuentan con una tabla según su peso y edad por lo que es importante llevar a consultas periódicas a los infantes.
Las bebidas azucaradas e infusiones no hidratan correctamente
Una de las principales luchas de la salud infantil es la ingesta excesiva de bebidas de fabricación industrial a las que los niños se habitúan fácilmente debido al sabor agradable, pero que “no dan hidratación adecuada”, según indicó la profesional.
“Los jugos artificiales, aparte de agua, contienen conservantes, mucho sodio o mucha azúcar y eso hace que el organismo no tenga buena regulación de líquidos”, recordó la pediatra y aconsejó a los padres, y a quienes tengan a su cargo el cuidado de pequeños, que los habitúen desde los seis meses a beber agua.
“El tereré tampoco los hidrata, ni las bebidas isotónicas, ni las gaseosas, porque traen otros componentes, y hay que tomar conciencia de eso”, reiteró y añadió que el consumo de las bebidas azucaradas “no tiene que pasar del tamaño de un vasito de yogurt de 120 cc al día”.
Por último, mencionó que las necesidades de los bebés de hasta seis meses se cubren a través de la leche materna con el consumo adecuado de agua por parte de la madre lactante (unos 4 a 5 litros al día), y que es conveniente que los jugos se hagan lo más natural posible.
Los tés e infusiones son una práctica no recomendada para los bebés, dijo y agregó que también la sed excesiva en un niño debe ser monitoreada ya que puede indicar problemas a nivel del sistema nervioso central u hormonal. “Hay que crear conciencia y cuidar la salud de nuestros niños porque con un cuerpo sano se vive mejor”, finalizó.
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