Al término del ejercicio fiscal 2023, la base de datos de mipymes registró un total de 450.167 unidades económicas, de las cuales las microempresas representan el 88,06% (396.407 unidades). Las pequeñas empresas constituyen el 9,61% (43.249 unidades), mientras que las medianas empresas comprenden el 2,33% (10.511 unidades) del universo analizado.
Los resultados revelaron una antigüedad media de 10,24 años para el universo de mipymes, con variaciones significativas según la distribución territorial. Asunción destaca con la mayor antigüedad promedio (12,80 años), seguida por los departamentos de Boquerón (11,15 años) y Alto Paraguay (10,76 años).
Desde la Asociación de Mipymes del Paraguay, su presidenta, Guillermina de Imlach, comentó que uno de los principales desafíos que enfrentan es la formalización interna de sus negocios. Muchas empresas están acostumbradas a trabajar de manera informal y les cuesta cambiar sus hábitos para estructurarse adecuadamente. Esta falta de organización se convierte en un obstáculo para acceder a financiamiento, ya que las entidades financieras cuentan con capital disponible, pero los empresarios no logran acceder a los créditos debido a la falta de documentación clave, como balances contables y registros adecuados.
Si bien los datos oficiales estiman que la longevidad media es de 10 años, la representante consideró que la realidad es diferente y que muchas empresas cierran o se reinventan en un período de cinco a seis años debido a la falta de resultados o dificultades económicas. Además, hay emprendedores que comienzan sus negocios desde sus hogares y, al crecer, no saben cómo dar el siguiente paso hacia la formalización.
Desde la perspectiva de la titular de Asomipymes, para sobrevivir y superar la barrera de los 10 años, la innovación y la adopción de tecnología juegan un papel fundamental. Mantenerse a la vanguardia y adaptarse a las tendencias es crucial para la sostenibilidad del negocio. En este sentido, la presencia en redes sociales se ha convertido en una necesidad ineludible, al punto de ser tan importante como contar con un RUC.
Otro aspecto clave es el fortalecimiento del área comercial. Muchas mipymes aún no han desarrollado estrategias de ventas efectivas. “Las ventas son fundamentales, y eso la gente todavía no lo está explotando en su empresa. Es como si aún no tuvieran un departamento comercial o de ventas”, añadió.
Por su parte, Óscar Mersán, directivo de M360, destacó tres aspectos fundamentales para la sostenibilidad de las mipymes en Paraguay: el apoyo del sector público, la elección estratégica del sector de negocio y la proyección hacia mercados internacionales.
En primer lugar, señaló que la nueva Ley de Mipymes, promulgada este año, busca facilitar la formalización y el crecimiento de estas empresas a través de beneficios tributarios, condiciones laborales más flexibles y un fideicomiso impulsado por el Ministerio de Industria para mejorar su acceso al financiamiento. Según Mersán, estas medidas son esenciales para que las Mipymes puedan iniciar operaciones y mantenerse en el tiempo.
Por otro lado, subrayó la importancia de elegir sectores con proyección de crecimiento en un contexto global en constante transformación. Otro aspecto mencionado es que las empresas no deben limitarse al mercado local, sino mirar hacia el mercado internacional. Con herramientas digitales y regímenes especiales como la maquila de servicios, es posible ofrecer productos y servicios desde Paraguay a otros países.
“Considero que uno de los errores financieros más comunes es la falta de educación financiera y de planificación. Me animaría a decir que gran parte de las empresas que no perduran es por una cuestión de educación financiera. Si no hay una planificación o un presupuesto con indicadores claros, hay que estar constantemente controlando y tomando decisiones, pero basadas en información”, añadió.
Barreras
Mersán identificó tres grandes barreras que dificultan el crecimiento y la consolidación de las mipymes en Paraguay: la elección de un sector poco competitivo, el acceso al financiamiento y la falta de educación financiera.
En primer lugar, explicó que muchas empresas operan en sectores con baja demanda y mercado limitado, lo que restringe su capacidad de expansión. Aquellas que dependen exclusivamente del mercado interno tienen mayores dificultades para crecer en comparación con negocios orientados a sectores con alta proyección.
Otro obstáculo clave es el financiamiento. Mersán destacó que las mipymes suelen enfrentarse a tasas de interés elevadas, lo que las hace menos competitivas frente a grandes empresas que tienen acceso a mejores condiciones crediticias. Sin capital y sin tasas accesibles, resulta difícil sostener y escalar un negocio en el tiempo.
Por último, enfatizó la importancia de la educación financiera como un factor crítico para la sostenibilidad empresarial. Señaló que muchas mipymes nacen y operan de manera empírica, sin planificación ni una estructura financiera clara.
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