El panel titulado Sistemas de pago: perspectivas regulatorias y expectativas de implementación reunió a destacados líderes bancarios de diferentes continentes, quienes compartieron sus visiones sobre el futuro de los pagos digitales y las herramientas regulatorias necesarias para impulsar la seguridad y la eficiencia en los sistemas financieros.
En entrevista con Bob Wigley, presidente de UK Finance, abordó los desafíos globales que enfrentan los bancos en la gestión de los sistemas de pago. Wigley subrayó la necesidad de moderar las regulaciones que, según él, han alcanzado su punto máximo. "Es esencial que los reguladores trabajen más cerca de la industria para equilibrar la seguridad y la liquidez, sin sobrecargar a los bancos con regulaciones excesivas", expresó Wigley, refiriéndose a la creciente percepción de que las normativas bancarias están sobrepasando su capacidad de adaptación.
En el Reino Unido, según el líder del sector bancario británico, la digitalización está avanzando a pasos agigantados, con alrededor del 90% de los pagos realizados de manera digital. Sin embargo, a pesar del creciente uso de las fintechs, la regulación debe garantizar la seguridad sin sofocar la innovación. “El efectivo nunca desaparecerá por completo, pero estamos avanzando hacia una economía digital, y debemos trabajar para que los sistemas de pago sean más eficientes y seguros”, agregó.
En su intervención, Wigley fue claro al señalar que la regulación de los pagos debe evolucionar al mismo ritmo que la tecnología y los modelos emergentes de negocio. Según explicó, “si tu modelo está procesando pagos, esperamos que seas regulado de manera similar a la parte de pagos de un banco. Y eso está comenzando a suceder”. Esta afirmación subraya una tendencia creciente hacia la regulación de los actores no bancarios que operan en el espacio de pagos, particularmente las fintechs y las grandes plataformas tecnológicas. En el Reino Unido, esta regulación se está implementando a través del concepto de PISB (Payment Institutions and Services Business), que establece una estructura de regulación escalonada, dependiendo de la complejidad de los servicios ofrecidos.
Wigley explicó que el modelo regulatorio en el Reino Unido está diseñado para ser gradual: a medida que las empresas de pagos amplían su alcance y se acercan más a actividades bancarias tradicionales, como la toma de depósitos, se les exige cumplir con regulaciones más estrictas. Sin embargo, el verdadero desafío radica en las plataformas tecnológicas que operan fuera del sistema regulado tradicional de la banca. “Lo que está pasando, que es lo más preocupante, es que las actividades bancarias tradicionales están siendo absorbidas por plataformas tecnológicas que no están reguladas de la misma manera que los bancos. Y esto crea un riesgo sistémico que debe ser abordado con urgencia”.
Las plataformas de pagos digitales como Apple Pay, Google Pay, y Amazon han ido ganando protagonismo, pero no están sujetas a las mismas normativas de seguridad y solvencia que los bancos tradicionales. Esto se convierte en un tema delicado, ya que no solo se trata de ofrecer servicios de pago, sino también de manejar información sensible y tener el poder de influir en el flujo de capital a nivel global.
Wigley instó a los reguladores a adoptar un enfoque más integrado y equilibrado que garantice que todas las entidades que operan en el sistema financiero, tanto bancos como plataformas tecnológicas, estén sujetas a las mismas normas. De no ser así, podría haber un desajuste peligroso entre la regulación bancaria y el crecimiento acelerado de las empresas tecnológicas que ofrecen servicios similares.
“Estamos viendo un cambio en la dinámica de la regulación de pagos. Ya no podemos abordar esto solo a nivel nacional. La regulación tiene que ser más global y coherente. Las grandes plataformas tecnológicas están operando en múltiples jurisdicciones, y necesitamos que los reguladores trabajen juntos para garantizar que todos estén jugando con las mismas reglas”, explicó Wigley.
Innovación y regulación
Por otro lado, el moderador del panel, Daniel Becker, presidente de Felaban, destacó la importancia de que los bancos latinoamericanos jueguen un papel activo en la promoción de la innovación en los sistemas de pago, pero también en la implementación de regulaciones que garanticen la seguridad y estabilidad del sector. "La innovación en pagos no solo debe ser impulsada por la tecnología, sino también por un marco regulatorio que resguarde la confianza del usuario", señaló Becker.
En este contexto, los representantes de países como Estados Unidos, Canadá y Sudáfrica también expusieron sus experiencias. Rob Nichols, presidente de la Asociación Estadounidense de Banquero (ABA), compartió las dificultades en la interoperabilidad de los sistemas de pago en Estados Unidos, donde dos sets de "payment rails" (sistemas de pago) compiten, uno privado y otro gubernamental. Nichols destacó que la prioridad en Estados Unidos ha sido asegurar que ambos sistemas, el privado y el del gobierno (FedNow), sean completamente interoperables para evitar la fragmentación del sistema de pagos. "La interoperabilidad es el reto principal que debemos resolver", comentó.
Otro tema crucial fue la seguridad de los datos, especialmente en un entorno donde las fintechs están cada vez más presentes en la cadena de pagos. Bongiwe Kunene, directora general de la Asociación Bancaria de Sudáfrica, explicó cómo en Sudáfrica se están implementando protocolos más estrictos para compartir información, en colaboración con agencias de la ley tanto locales como internacionales. "La colaboración con organismos de seguridad y la mejora en la formación de los oficiales encargados de la ciberseguridad es esencial para mitigar los riesgos", señaló Kunene.
Desde Canadá, Anthony Ostler, presidente de la Asociación de Banquero Canadienses (CBA), habló sobre el modelo regulatorio canadiense, que ha logrado una interoperabilidad robusta entre las instituciones financieras a través de Payments Canada, un organismo supervisado por el Banco de Canadá. Ostler mencionó que el gobierno canadiense recientemente implementó la Ley de Actividades de Pagos Minoristas, que obliga a los proveedores de servicios de pago a registrarse y cumplir con una serie de regulaciones. Sin embargo, destacó que todavía hay áreas en las que la regulación debe evolucionar, como en la creación de mecanismos de conducta de mercado para los proveedores de pagos no bancarios.
Aunque las perspectivas varían entre los países, todos los participantes coincidieron en que el futuro de los pagos digitales depende de un marco regulatorio que promueva la inclusión financiera, la confianza del consumidor y la eficiencia operativa.
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