Adriana Chaparro, gerente general de la Asociación Industrial de Confeccionistas del Paraguay (AICP), determinó que como punto inicial se debe evitar el ingreso de prendas de forma irregular, con facturas que no pertenecen a dichos lotes, y promueven el dumping, ya que los venden por debajo de su precio normal e incluso por debajo de su coste de producción.
En este caso, existen productos que ingresan al mercado como prendas, a costos de US$ 1, algo que es sumamente llamativo. Acotó que en nuestras leyes también se regula la importación de prendas de segunda mano, sin embargo, es un negocio que cada vez tiene un mayor auge.
"Se debe tener una mejor trazabilidad de los productos, algo que permita determinar el origen de cada prenda, y que permita tener la factura original, de manera a contar con los costos reales. En ocasiones, algunos empresarios visitaron países como China, para determinar si los precios figurados en estas listas eran reales, y se encontraron con que estos precios no coincidían. Entonces comprar productos de China en Paraguay era más barato que comprar los mismos productos en China", explicó.
Resaltó que estas medidas no van a afectar a las marcas y empresas que están importando sus indumentarias de forma legal, sino que también les ayudará a consolidar sus ventas en este periodo de leve recesión.
"Otro aspecto a tener en cuenta es el tema de los cupos de producción que se tienen a nivel Mercosur, que sin dudas son los receptores principales de las prendas. Y este tipo de medidas son las que benefician nuevamente a los productos de bajo coste", comentó.
En el caso de Argentina, explicó que se tiene un cupo para la importación de prendas, que se rige por el valor FOB del lote, y eso significa que el valor FOB de países de mucha producción, como China, es significativamente inferior a los manejados en Paraguay. Pero en estas operaciones a veces no se tienen muy en cuenta los beneficios de comprar de un vecino (los bajos costos logísticos y arancelarios), sino más bien la cantidad de prendas que se obtienen por "el monto del cupo".
"Estamos pidiendo que las autoridades nacionales negocien este punto con sus pares regionales, ya que entendemos que medidas de esta categoría van en contra de los objetivos de integración comercial del Mercosur, y si se tienen que aplicar medidas, que estas sean más beneficiosas para todos los integrantes", añadió.
Es clave que el sector participe de las licitaciones públicas, para seguir fortaleciendo este segmento generador de mano de obra, con más de 40.000 colaboradores involucrados. A la fecha, menos de 1% de estas licitaciones están dirigidas a las empresas textiles.
Esta inclusión licitatoria va a dinamizar considerablemente el segmento, tal como lo hizo con la fabricación de prendas militares o escolares.
Solicitó que también las entidades financieras brinden productos accesibles para que las firmas puedan adquirir nuevos sistemas textiles, que promuevan el mejoramiento de la calidad y eficiencia, teniendo como resultado la expansión de las mismas.
Panorama
Chaparro dijo que, en conversación con empresarios referentes del rubro, estos le mencionaron que las ventas han sufrido un descenso considerable en comparación al periodo 2018, y que a esta altura están vendiendo entre 50% al 60% de lo manejado en estos mismos meses, pero del año pasado.
Coincidió que esto también repercute en el aspecto laboral, donde las empresas están ajustando los horarios de su personal, con la finalidad de no rescindir los contratos de manera masiva.
Agregó que están optimistas sobre lo que pueda suceder, ya que, en caso de realizar todos los ajustes necesarios, la economía del segmento se va a reactivar, pero que es cuestión de actuar y no solamente planificar estos procedimientos.
Etiquetado
Incluso, aseveró que, desde la AICP, instan a que todas las prendas tengan un etiquetado que determine el origen y las características fundamentales de estas. De esta manera, el consumidor es consciente de lo que viste, y también apoya el comercio legal.
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