“La capital tiene todos los servicios. El trabajo, la educación, el abastecimiento, los servicios financieros, etcétera, son fundamentales y están cubiertos dentro de la capital. Y por supuesto que para la gente es mucho más eficiente vivir cerca de los servicios”, afirmó Francisco Gómez, director de Fortaleza de Inmuebles y presidente de ERA Real Estate.
El desarrollador señaló que Asunción tiene ineficiencias que son propias del modelo paraguayo de gobernanza de las ciudades, por lo que otros municipios también adolecen de las mismas deficiencias que la capital.
“Yo no veo un municipio modelo adonde todos queramos ir por su eficiente administración de los recursos y los servicios que otorga. Se debe hacer un esfuerzo para generar mayores incentivos para atraer a una mayor masa de contribuyentes. Al Estado le conviene que se concentre la gente en la capital para seguir mejorando los servicios existentes y no tener que desarrollar servicios nuevos en extensiones de tierra más amplias”, añadió.
La cuestión del transporte público es también un factor a tener en cuenta cuando se considera la conveniencia de vivir dentro o fuera de la capital. “En todas las capitales del mundo el tráfico es un problema. Se estima que en promedio en las capitales la gente se pasa tres horas en ir y volver al trabajo. Mi recomendación es tratar hoy de elegir el lugar más cercano al trabajo que uno pueda porque cada vez va a ser más difícil”, recalcó Gonzalo Faccas, socio director de Eydisa y miembro del consejo de la Cámara Paraguaya de Desarrolladores Inmobiliarios (Capadei).
Quiero patio
Otra idea generalizada es que al paraguayo todavía le cuesta aceptar vivir en departamentos, y que por eso prefiere buscar un lugar en el que pueda tener una vivienda con patio y con superficie amplia, algo que no va a encontrar en la capital.
“Existen los que piensan así pero cuando hacés encuestas vas a encontrar respuestas que tienen que ver con el patio, el espacio, etcétera. Pero no es cierto que la primera premisa sea la ubicación. La primera premisa del comprador es lo que puede pagar”, destacó Gómez.
El referente del sector inmobiliario insistió en que debe haber mejores herramientas de pago, ya que la capacidad de pago sí existe. “Lo que no hay son fondos de garantía, herramientas que puedan ampliar la base de sujetos de crédito. No es que no haya gente que no esté dispuesta a pagar créditos por su vivienda sino que las instituciones financieras tienen políticas altamente conservadoras en cuanto a riesgos”, puntualizó.
Sí hay oferta
No obstante, el problema del precio de las casas en la capital está convergiendo hacia las posibilidades de pago de una clase de ingresos medios. “El 80% de los desarrolladores hoy están haciendo productos de US$ 60.000 y US$ 170.000, cuando hace cinco años estaban desarrollando departamentos del segmento ABC1, de US$ 200.000 para arriba”, manifestó Faccas.
El empresario remarcó que hoy el sector inmobiliario se está adecuando al segmento que demanda estar cerca de su lugar de trabajo, a precios razonables. “Incluso hay desarrolladoras que están trabajando hacia segmentos más bajos. Ya no tienen que ir a vivir muy lejos para acceder a viviendas a precios que están dentro de lo que hoy financia la AFD a tasas subsidiadas hasta US$ 170.000”, indicó.
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