Por el momento el río Paraguay se encuentra navegable pero con restricciones en el calado de navegación. En cambio, el tránsito por el río Paraná se halla prácticamente interrumpido.
El vicepresidente del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos (Cafym) https://cafym.org.py/ , Juan Carlos Muñoz, manifestó que esta problemática tardará años en revertirse y estima que las pérdidas ya superan a las cifras del año anterior.
“No hay cifras de afectación todavía en lo que hace a nuestro sector de prestación de servicios de transporte como centro de armadores, pero evidentemente va a ser igual o quizás más contundente que la del año pasado, cuando estimamos que entre pérdida de negocios y demora, se llegó a los US$ 100 millones”, expresó.
Actualmente, la Cafym monitorea el desarrollo de los acontecimientos y estudia las medidas paliativas a implementar de cara al año en curso. “Es muy probable que las pérdidas superen al del año pasado porque los niveles hidrológicos son muy preocupantes, son registros históricos desde que se empezó a medir el río en Asunción en 1904”, ilustró.
Sobre las medidas que adoptarán, dado el complejo escenario, mencionó que buscan implementar más dragados en los ríos, por un lado. Y por otro, que los procesos de alijo de mercaderías se hagan en tiempo y forma con menores costos.
En referencia a la posibilidad de abrir las esclusas de las hidroeléctricas Itaipú y Yacyretá para crear ventanas de agua y poder navegar por el río Paraná, descartó esta alternativa; al menos desde el Gobierno no anunciaron intenciones inmediatas.
El titular del ente fluvial aseguró además que esta es una situación que se mantiene desde hace dos años y medio, y de acuerdo a los pronósticos, hasta enero del 2022 se mantendría este escenario crítico.
No obstante, comentó que actualmente están aprovechando que el Paraná -inoperable desde abril-, tiene una mayor afluencia, por lo que se encuentran moviendo las mercancías “a toda velocidad”.
Comercio internacional
Muñoz explicó que todo el sistema de transporte fluvial está sufriendo, no solo por la subutilización de las bodegas al 50% de la capacidad, sino que también los tiempos de viaje se triplican de origen a destino a los puertos de trasbordo o la toma de carga en dichos puestos, lo cual tiene una afectación transversal a toda la economía nacional transportada por vía fluvial.
La situación ralentiza las operaciones de intercambio comercial y se generan sobrecostos en la logística. Los exportadores e importadores pagan tres veces más el costo del flete al multiplicar envíos con menor carga, dada la dificultad para navegar.
Las principales exportaciones del país se generan en el sector primario y en este contexto los agroexportadores advierten que desde hace meses embarcan 30% menos que el año pasado. También existe preocupación sobre el abastecimiento de combustible.
Paralelamente, los importadores, deben esperar la desocupación de contenedores en falta tras la recuperación paulatina desde el continente asiático. Esto hace que se vea perjudicada la importación de productos electrónicos, bazar y textil traídos de China continental.
Al respecto, César Ros, vicepresidente de la Cámara Paraguaya de Exportadores (Capex) https://www.capex.org.py/web/ , refirió que “el panorama es terrible, al punto de casi interrumpirse el tránsito fluvial”.
Acerca del encarecimiento de los costos del flete internacional, remarcó que según artículos periodísticos del exterior la problemática logística se regularizaría recién en 2023.
Por consiguiente, los productos provenientes de extrazona se encarecen y también los insumos para las industrias de ensamble. “Más que el costo en sí, el problema es la disponibilidad de los productos en tiempo y forma para las industrias que usan artículos importados”, dijo.
En efecto, consideró que estos factores contribuyen a la inflación y picos de precio que se están visualizando. Recordó que la hidrovía Paraguay- Paraná es el cordón umbilical del comercio exterior paraguayo y representa el 80% del movimiento del comercio internacional del país.
Por lo tanto, el afluente es determinante para la sostenibilidad económica y la competitividad del país en el mundo.
Como solución temporal, las vías terrestres son utilizadas para el traslado de mercaderías al Brasil; sin embargo los costos son bastante onerosos, según indicó y añadió que “el transporte terrestre es siempre más caro que el fluvial”.
Rememoró que en los primeros tiempos del desarrollo del intercambio comercial, partían convoyes de camiones paraguayos rumbo al puerto de Paranaguá, Brasil, descargando antes en Puerto Presidente Franco.
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