¿En qué consiste el programa Tropical Forest Alliance y qué relación tiene con Paraguay?
Tropical Forest Alliance (TFA) es una plataforma de asociación de múltiples stakeholders, fundada en 2012 en el marco de la Conferencia de desarrollo sustentable de Naciones Unidas, Río+20.
Los actores participantes firmaron el compromiso de lograr que las cadenas de suministro de aceite de palma, soja, carne de res, papel y pulpa sean amigables con los bosques.
TFA cuenta con la participación de más de 170 socios, incluyendo empresas, entidades gubernamentales, actores de la sociedad civil, pueblos indígenas, comunidades locales y organizaciones internacionales.
¿Cuándo nació el emprendimiento y qué han logrado hasta el momento?
Nació simultáneamente en Paraguay y Argentina en septiembre de 2021. Desde entonces estamos en la fase de encuentros y procesos para presentarnos y dar a conocer los modos en los que podemos ayudar a lograr que el mundo se fije en el Chaco.
Desde el lanzamiento del Programa Gran Chaco, el equipo de TFA ha mantenido reuniones con el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) de Paraguay, con asociaciones de productores, comerciantes de granos, como también encuentros de mesa redonda donde el cuerpo temático central ha sido la carne vacuna sostenible.
En Argentina, TFA mantuvo conversaciones con el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, como también con asociaciones de productores e industriales.
¿Qué impacto ha tenido esta iniciativa?
El trabajo de TFA ha sido fundamental en la implementación de cadenas productivas más sostenibles y amigables con los bosques, despertando el interés de productores de soja y ganado y generando espacios de diálogo con empresas y diversos actores claves.
La relación con Paraguay comienza en septiembre de 2021, cuando TFA lanzó su Programa Gran Chaco, para definir e implementar acuerdos entre múltiples actores de interés y colaboraciones centradas en carne y soja en el Gran Chaco paraguayo argentino.
El Gran Chaco es el segundo bosque más grande de América del Sur después del Amazonas y a pesar de los esfuerzos políticos, legales y tecnológicos en la lucha por su conservación, la región ha perdido 14 millones de hectáreas forestales desde 1985.
Los bosques secos tropicales de la región del Gran Chaco (que cubre áreas en Bolivia, Argentina, Paraguay y Brasil), representan un punto crítico de conversión de biomas cada vez más preocupante.
¿Qué busca el programa y a qué público apunta?
El Programa Gran Chaco busca contribuir a la reducción de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y a la mejora de los medios de vida de los actores involucrados en toda la cadena de productos básicos, así como también la conservación de los hábitats naturales y la protección de los paisajes tropicales para las generaciones futuras.
Esto se logra fomentando la colaboración intersectorial, construida sobre las bases de un entendimiento común de los desafíos y oportunidades vinculados a las cadenas de suministro de carne y soja.
En la búsqueda de la colaboración intersectorial, nuestros públicos son los propietarios de bosques, tanto empresas locales, comunidades indígenas o empresas internacionales.
También buscamos articular iniciativas con el gobierno y con productores agrícolas y pecuarios del Chaco. El fomentar la conservación de los bosques y el buen uso de los suelos a través de iniciativas financieras para incentivar y mejorar las prácticas, permite mejorar la trazabilidad de los productos, articulando con el mercado internacional.
El Programa Gran Chaco no busca limitar a la industria y la producción, más bien todo lo contrario: queremos el desarrollo productivo y a la vez los bosques. Es posible expandir aquellas áreas degradadas o que no tienen alto valor actualmente, generando desarrollo sustentable.
Es importante destacar que los objetivos del programa y la creación de acciones público-privadas para protección del bosque tropical son pensados sabiendo que las políticas de sostenibilidad deben contemplar y mantener el equilibrio entre los aspectos económicos, sociales y el ambiental, es decir, teniendo en cuenta las necesidades alimenticias y medios de vida de todas las personas involucradas en el proceso productivo.
¿Qué unidades de negocio abarca?
Principalmente colaboraciones centradas en commodities claves, comenzando con carne y soja en Argentina y Paraguay. Sabemos que los propietarios de bosques cuidan su economía y nosotros debemos hacerles saber que seguirá siendo rentable.
Actualmente el valor del bosque en pie es muy alto y los incentivos que se pagan por tonelada de carbono secuestrada, en algunos casos son muy significativos, desde TFA y el Programa Gran Chaco, clarificamos esas oportunidades que existen para el productor local y buscamos fomentar el acceso a esos incentivos económicos, trabajamos en proyectos de carbono y pagos por servicios ambientales que den valor a los bosques y al mismo tiempo beneficien e incentiven a los productores paraguayos.
Sabemos que el valor primero está en los recursos dentro de las fronteras y luego se piensa en el negocio y la exportación, nuestros esfuerzos buscan unir al productor local con los mercados internacionales y ayudarlos a cumplir con las normativas para la apertura de nuevas oportunidades de negocio.
Velamos porque las normativas internacionales no representen ningún tipo de traba para el desarrollo sostenible de productores locales, sino todo lo contrario. Ninguna de las iniciativas de conservación ambiental sería una imposición, sino un camino para que las cadenas de producción local continúen creciendo. Producción y protección van de la mano y se potencian mutuamente.
¿Cómo observan el escenario paraguayo en cuanto al resguardo de ecosistemas?
En cuanto al escenario local, observamos que el gobierno paraguayo comprende perfectamente los desafíos que tiene la economía hoy ante el cambio climático y mantiene una postura a nivel internacional que históricamente muestra una predisposición a participar en todo lo relacionado a la mejora de los procesos productivos y a la posibilidad de que estos sean más sostenibles y trazables.
Se realizan esfuerzos para que el mercado nos identifique como un proveedor de productos, comprometido con la conservación de los bosques. Los compromisos internacionales se tienen que traducir en programas que promuevan esas mejoras, siempre teniendo en cuenta las necesidades del productor local.
Sabemos que desde el Estado, en conjunto con instituciones internacionales como por ejemplo el Banco Mundial, se trabaja en el desarrollo de instrumentos que permitan el avance de Paraguay hacia un futuro económico sostenible.
El gobierno conoce la importancia de contar con una hoja de ruta para contrarrestar los efectos del cambio climático y subsanar las consecuencias de fenómenos como la sequía, que hemos padecido en el último tiempo y afectan a la economía, también se trabaja en instrumentos como bonos verdes.
Además, es importante destacar el trabajo que se realiza a nivel intergremial para valorizar y posicionar tanto la producción regional como sistemas productivos sostenibles, con la visión a futuro de que Paraguay pueda adaptar sus procesos productivos de cara a aquellos mercados internacionales que expresen una genuina preocupación ambiental.
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