Con una inflación más alta que la registrada en varias décadas, la crisis del costo de vida, el endurecimiento de las condiciones financieras en la mayoría de las regiones, el conflicto entre Rusia y Ucrania y la persistente pandemia de COVID-19 pesan mucho en las perspectivas del FMI. Se prevé que el crecimiento mundial se desacelere del 6,0% en 2021 al 3,2% en 2022 y al 2,7% en 2023, señala el informe de WEO.
Para América Latina se prevé que este año crezca 3,5% y apenas 1,7% en 2023, “en medio de una elevadísima inflación, un veloz aumento de las tasas de interés que busca atenuar el incremento de los precios, las monedas debilitadas frente al dólar y flujos de capitales que emigran hacia tierras más seguras en busca de mayor rentabilidad”.
¿Cómo afecta esto a Paraguay? ¿Hay alguna ventaja que se podría aprovechar? “Somos una economía que no está ajena a lo que pasa en la región pero en este caso en particular de la alta inflación, de la fuga de capitales, sí tenemos una pequeña ventaja que ofrece la economía paraguaya con la estabilidad macroeconómica, que es un buen indicador para las inversiones directas y puede ser una buena oportunidad para que fluyan capitales”, aseveró el economista Jorge Vergara.
Los países que elaboran bienes más tecnológicos, suntuarios, que no son de primera necesidad van a sufrir una mayor disminución en su crecimiento, mientras que para los que producen bienes básicos, como los alimentos –el caso de Paraguay- el efecto va a ser menor, apuntó el también economista Amilcar Ferreira.
“Las expectativas siguen siendo positivas para Paraguay para el 2023. Se mantiene la tasa de crecimiento, que según el FMI será la más alta de Sudamérica; el clima se está comportando bien, tenemos un buen régimen de lluvia, que indica que el año que viene volveríamos a la producción de 10 millones de toneladas de soja después de la caía a 3,6 millones que se dio en 2022”, agregó Ferreira.
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El analista también destacó que el comercio de frontera está teniendo un buen desempeño, con cifras superiores a las del año pasado; además, la maquila no deja de crecer, y las empresas brasileñas que se instalan en Paraguay reportan crecimientos en los últimos dos años a tasas del 70% anual con respecto al nivel pre pandemia.
Asimismo el último Indicador Mensual de Actividad Económica del Paraguay (IMAEP) del Banco Central del Paraguay (BCP) muestra un crecimiento del 5,3% en agosto del 2022, señal de una fuerte recuperación de la economía.
“A todos nos conviene que nuestros vecinos estén bien, porque nuestras exportaciones tienen principalmente a Brasil como destino. Las economías regionales tienen problemas pero para nosotros puede ser una oportunidad”, recalcó Vergara.
A pesar de las perspectivas negativas para el resto del mundo Paraguay va a ser el menos afectado por la naturaleza de los bienes que produce para el mundo, que son alimentos. “Esta, que puede ser una desventaja, porque tenemos poco diversificada nuestra exportación, termina siendo una ventaja porque la afectación de una caída es menor”, afirmó Ferreira.
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