Según Pablo Ferreira, director del Grupo Cinco, estas fechas son un acontecimiento especial para los bares y boliches. “La final de la Champions es una fecha que lleva más de 10 años. Inició allá por el 2012, 2013, o sea, pasaron muchos años para que la gente se acostumbrara al fútbol europeo. Hoy ya se instaló como un evento que trasciende al fútbol. Incluso quienes no siguen la Champions saben que es una fecha especial”, afirmó.
Los bares del Grupo Cinco, como Kilkenny, Capitão Bar y Monkey Jack, no son ajenos a esta tendencia. Para ellos, la Champions implica una organización especial que empieza semanas antes. “Nosotros trabajamos con la agencia MuchoFlow, que nos acompaña en todo lo que es innovación. Todos los años tratamos de que el evento tenga un aprecio, que este año lo hicimos en la Conmebol, pero fuera de ese evento, en los locales, estuvimos a tope”, detalló Ferreira.
Además, señaló que estos eventos activan franjas horarias poco habituales. “Normalmente nuestros bares abren en horario nocturno, pero con la final, el consumo arranca desde las 15:00. Eso genera una ocasión de consumo adicional, que no compite con la rutina habitual, sino que la complementa”, explicó. En términos económicos, el resultado es evidente: “La facturación aumenta hasta un 100% en comparación con un día normal. Es una ocasión nueva, no una redistribución de consumo”, añadió.
El evento especial de la Conmebol convocó a más de 1.500 personas. Aunque muchas entradas se gestionaron a través de marcas aliadas, la convocatoria masiva demostró que hay un interés creciente en vivir este tipo de celebraciones colectivas. “Fue impresionante. La gente ya espera este tipo de activaciones. Algunos se enteraron sobre la marcha, pero igual decidieron ir porque sabían que era una experiencia diferente”, relató Ferreira.
“Nosotros siempre buscamos innovar, ya sea mejorando la calidad de las pantallas, sumando nuevas dinámicas o generando alianzas con agencias para elevar la propuesta estética y tecnológica del evento”, enfatizó.
Uno de los bares insignia del grupo, Kilkenny, se convirtió en un símbolo de estos festejos. “Kilkenny ya está prácticamente lleno con reservas desde días antes. Se volvió un punto de encuentro infaltable para ver partidos importantes, especialmente si juega la selección. La gente viene no solo a ver el partido, sino también a celebrar si el resultado es positivo”, destacó.
Esta misma lógica también se estará replicando para el partido de Paraguay. Capitão Bar, por ejemplo, realizará un evento en alianza con Paseo Carmelitas, mientras que Monkey Jack realizará Estadio Pilsen, que incluye pantallas especiales, sonido envolvente y promociones temáticas. Incluso Mokäi, una terraza en Park Plaza, se suma a la oferta con su propuesta relajada y moderna.
Ferreira remarcó que los eventos deportivos, como los partidos de la selección paraguaya o la final de la Champions, funcionan como verdaderos catalizadores del entretenimiento y el consumo. “Le damos contenido a la gente. Le damos motivos para salir, para compartir. La gente busca excusas para vivir algo diferente, y el fútbol tiene ese poder", dijo.
También destacó el cambio de paradigma respecto a ciertos símbolos patrios. "Hace un año la camiseta albirroja no se vendía. Hoy, en cambio, ya tiene sentido. La gente la usa, la celebra. Todo eso suma a la atmósfera de los eventos", reflexionó.
Sobre los próximos pasos, el director de Grupo Cinco asegura que el calendario está lleno de nuevas ideas. “Vamos a seguir apostando por este tipo de eventos. Ya estamos preparando actividades para los partidos de Paraguay. Queremos que nuestros bares sigan siendo espacios donde se vive el deporte con intensidad, pero también con alegría, comunidad e innovación”, finalizó.
Tu opinión enriquece este artículo: