Aunque no proviene de una familia de artesanos, su interés por la madera surgió tras graduarse de la universidad. "Me quedé sin trabajo y empecé jugando con la madera", contó Alcides, quien poco a poco transformó esa afición en una pasión y, más tarde, en su sustento. Sus manos autodidactas comenzaron a dar forma a figuras religiosas, un arte que lo llevó a especializarse en tallados barroco-guaraníes, inspirados en la rica herencia cultural de Paraguay.
Cada pieza que crea Alcides lleva su sello personal. Sus tallados, ya sean miniaturas de 8 milímetros o esculturas grandes, destacan por su delicadeza y uso de colores vibrantes que evocan los tonos tradicionales del barroco guaraní. “Me gusta adaptar el estilo que me inspira, pero siempre con mi toque”, comentó.
Entre sus obras más solicitadas destacan los pesebres, especialmente en esta época del año, cuando la demanda aumenta. Sus precios oscilan desde G. 38.000 para las miniaturas hasta G. 1.800.000 para las piezas más grandes y elaboradas. Los pedidos personalizados deben hacerse con tres meses de anticipación.
Si bien Alcides vende sus obras de manera directa y a través de ferias artesanales, reconoce que la falta de espacios dedicados a la exposición y venta de artesanías es uno de los mayores desafíos que enfrenta. “Todo es muy limitado ahora, pero mi sueño es contar con más espacios para mostrar mis trabajos y conectar con más personas que valoren este arte”, expresó.
Para Alcides, cada pieza es mucho más que un objeto; es una historia tallada con paciencia y devoción. Su amor por el arte sacro y su compromiso con el barroco-guaraní lo han llevado a crear obras que no solo adornan espacios, sino que también transmiten espiritualidad y tradición.
Con cada figura, Alcides no solo preserva una rica herencia cultural, sino que también aporta su propia interpretación artística, haciendo del tallado en madera un arte vivo y en constante evolución.
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