El comercio entre los países ya era algo mínimo y las medidas financieras que Paraguay puede tomar solo desestimula lo poco que existía
“El efecto comercial de la ruptura diplomática es algo mínimo, por el propio proceso de explosión inflacionaria en Venezuela y los problemas de pagos acumulados por el sector privado venezolano hacia los exportadores extranjeros”, mencionó Rojas. El especialista aclaró que naturalmente ya no se puede contar con el mercado venezolano, y que otro de los motivos es la dificultad de hacer pagos por las pocas garantías operacionales que existen.
“Prácticamente, el comercio de Venezuela con otros países se hace por medio de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) y ese convenio de pago es muy poco utilizado en Paraguay, porque lo regula el BCP, que no está dispuesto a seguir riesgos”, manifestó Rojas. El entrevistado añadió que no se proyectan mayores intercambios comerciales con Venezuela por la reducción de la producción venezolana y los compromisos -deuda- que este país ya tiene con China y Rusia.
Según el especialista, por el lado de Paraguay, las importaciones y exportaciones necesitan sello consular y entonces la retirada de las rupturas diplomáticas termina de cerrar lo que ya era mínimo.
Al romper completamente relaciones diplomáticas, Paraguay se autoexcluye de la mesa de negociación sobre la transición de la situación venezolana
“Haber roto relaciones diplomáticas afecta políticamente, en el sentido de cómo se posiciona Paraguay en el tablero de las negociaciones sobre el futuro de Venezuela. También está la UNASUR, esta crisis también terminó agudizando sus problemas internos, porque era el espacio que tenía que buscar el camino de la intermediación”, señaló Rojas.
Para el entrevistado, el principal costo que podría tener Paraguay en el futuro es estar excluido del proceso de transición del orden global, “Deberíamos haber acompañado a los países del Grupo de Lima, que no reconocen como legítimo al Gobierno de Maduro y buscan alentar la legitimidad de la Asamblea Nacional. Hay que ver si posteriormente el Grupo de Lima va a tratar al presidente de la asamblea como presidente legítimo y pasar los temas de Estado por ahí”, afirmó Gustavo.
Según Rojas, Paraguay solo mantenía su encargado de negocios en Caracas, porque ya hace dos o tres años había retirado a su embajador. Consideró que en vez de hacer una ruptura, se hubiese mantenido al encargado como una voz válida para acompañar el diálogo más de cerca, sin dejar de demostrar disgusto con la situación.
La ruptura no afectará al arbitraje que existe entre PDVSA y Paraguay
“Es interesante que Mario Abdo Benítez haya dicho en su discurso presidencial que el pago de la deuda u obligaciones servirá para la reconstrucción de la democracia en Venezuela. Yo creo que Paraguay puede colaborar de diversas formas en eso e incumplir un contrato no es la forma más adecuada”, indicó el entrevistado. Rojas recordó que el arbitraje está en manos de la Cámara de Comercio Internacional (CCI), en la ciudad de París y que en el caso de que falle a favor de PDVSA y Maduro continúe en el mandato, de igual manera ese dinero será destinado al Gobierno.
La situación de Venezuela es el primer desafío que tiene López Obrador como presidente de México, que intentará oficiar de mediador para ganar influencia en América Latina y hacer un contrapunto a Trump.
“El rol de concertador antes lo desempeñaba República Dominicana, pero con el cambio de Gobierno y la agudización de la crisis venezolana, se lo desacredita y surge México con López Obrador con una posición de no intervención a Venezuela, por lo que busca un rol más protagónico en Latinoamérica, con la intención de hacer un contrapunto a Donald Trump”, explicó Gustavo. El especialista recordó que México, hasta el NAFTA, tuvo un rol de concertador de los procesos políticos latinoamericanos y puede ser que esta vez vuelva a ser intermediador en el conflicto venezolano.
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