Durante el evento se presentaron 11 empresas oferentes, todas ellas interesadas en concretar esta inédita comercialización. La apertura de los sobres, que contenían las propuestas técnicas y económicas de cada empresa, fue supervisada por funcionarios de la ANDE y representantes de las empresas participantes. Los participantes revisaron las documentaciones e hicieron las observaciones necesarias, las cuales fueron registradas y anexadas al Acta de Apertura N° 31/2024.
Al respecto, Juan Encina, presidente del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos del Paraguay (IEEE) aseguró que la venta de energía de Acaray al Brasil no es algo nuevo, ya se realizó en el pasado con contratos con empresas distribuidoras del Brasil como Copel.
Según Encina la principal ventaja será económica si en la licitación se obtienen precios mayores a los conseguidos por el uso actual de la energía de Acaray. Otro punto importante será la consolidación de los procesos de venta de energía como algo normal y no extraordinario, que será positivo sólo si se obtienen mejores ingresos que los actuales.
“Lo ideal sería comercializar la energía de Yacyretá en el corto plazo en el mercado brasileño considerando la coyuntura actual en Argentina”, dijo. Se espera que en el corto plazo se pueda destinar la energía paraguaya no sólo de Acaray, sino de Itaipú y Yacyretá al mercado brasileño tanto en el mercado regulado como en el libre, y que para las empresas brasileñas sea más atractiva la oferta de energía paraguaya.
Paraguay se encuentra en una coyuntura crucial en su desarrollo energético y económico, con la posibilidad de obtener beneficios significativos a partir de la exportación de energía al mercado libre brasileño.
Encina comentó que esta iniciativa debe estar acompañada por una planificación a largo plazo para garantizar que los ingresos generados sean utilizados de manera efectiva en el desarrollo de la infraestructura energética del país.
“Uno de los beneficios directos que Paraguay puede obtener de esta iniciativa es la generación de ingresos adicionales que podrían invertirse en la mejora de la infraestructura eléctrica. Este aspecto es fundamental para evitar que el país, actualmente un exportador de energía, se convierta en importador en la próxima década debido al creciente consumo interno, que aumentó un 12% en 2023, y a la baja afluencia del río Paraná, que limita la generación en las centrales hidroeléctricas”, indicó el experto.
No obstante, existen riesgos asociados a la entrada de energía paraguaya en el mercado libre brasileño. “La prioridad debe ser siempre garantizar que Paraguay tenga un suministro energético estable y suficiente para su consumo interno antes de considerar la exportación. La disponibilidad de energía para la venta solo está asegurada hasta el 2033 o antes, dependiendo del crecimiento del consumo interno y de las condiciones climáticas que afectan los niveles del río Paraná” manifestó el especialista.
Asimismo, refirió que para evitar problemas a futuro, Paraguay debe aumentar sus fuentes de generación de energía. La venta de energía al Brasil debe ser parte de una política energética a largo plazo que incluya la instalación de nuevas fuentes de generación para asegurar la sostenibilidad y el crecimiento del consumo interno de energía.
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