Perla Cuevas, propietaria de Che Kili Artesanías, comentó que el nombre proviene de un término utilizado con frecuencia entre amigos, por lo que decidieron nombrar a la microempresa de esa manera.
“Mi marido les decía che Kili a todos sus amigos, sea hombre o mujer, todos somos che Kili y decidimos ponerle a nuestra empresa así, y le re gusta a la gente”, contó. El emprendimiento nació hace 15 años, comenzando con el forrado de termos. Y desde hace siete años implementaron el uso del poyvi, de fabricación propia.
“Ahora mismo estamos con el rubro de todo lo relacionado a hilos, poyvi, para complementar al termo. Crecimos 80%, interanual; ahora es muy solicitado nuestro producto, gusta mucho al extranjero, no hay a quien no le gusten nuestros productos”, remarcó.
Ofrecen colchas, cartucheras, estuches, mantas, carpetas, juegos de individuales, alfombras, posa tereré en todos los colores, de un solo color, hamacas de todo tipo. Además de silla hamaca, hamacas tradicionales, doble palo, para niños. “Los más solicitados son siempre los posa tereré, para regalos, souvenirs”, agregó.
Dependiendo de la demanda, el arte del hilo en poyvi brinda mano de obra a muchos artesanos de la localidad de Carapeguá. “Proyectamos mantener el ritmo de ventas, porque al tener muchos pedidos damos chance de poder trabajar a varias personas que están detrás de todo esto”, resaltó.
Este año estuvieron en el Pabellón de Mipymes de la Unión Industrial Paraguaya, donde mostraron la cultura paraguaya con este modelo de artesanía heredado de los antepasados y que sigue vigente.
A futuro, además de continuar la senda del crecimiento, buscan ampliar el taller propio con más maquinarias. “A la gente le gusta el producto, sobre todo al extranjero, que se va a su país y después cuando vuelve, te busca de vuelta. Esa es una gran satisfacción”, concluyó.
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