“A finales de noviembre del 2012, el ingeniero en Alimentos Ariel Alcaraz (mi hermano mayor) nos propuso a mi señora Ángela Rubik y a mi invertir en el negocio de los helados”, contó Adolfo Alcaraz Guggiari (41).
Mientras su esposa estaba con 33 semanas de embarazo, trabajaba en la Secretaría de la Mujer de Ciudad del Este, en tanto que él se desempeñaba como empleado en una financiera.
“Convencidos por el entusiasmo de Ariel compramos con nuestros ahorros una máquina para helados horizontal a alcohol. Fue entonces que el 8 de enero del 2013, en la sala de nuestro hogar empezamos la producción en nuestras horas libres. Orientados por el maestro en helados artesanales, Andrés Aquino”, relató.
Un año después, Ángela y Adolfo renunciaron a sus respectivos trabajos para dedicarse cien por ciento a la microempresa. Luego, a mediados del 2014 accedieron a un crédito con el cual construyeron en el fondo de su terreno un salón de 5 metros por 8 para mayor comodidad.
“Entre octubre del 2014 y noviembre del 2015 nos aliamos con varias empresas entre heladerías, fruterías; proveyéndoles de nuestros productos para reventa”, comentó.
Actualmente, ya cuentan con una planta fabricadora, que cumple con todas las exigencias del Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN).
“Nuestra capacidad de producción es de 30.000 paletas/mes y 1.000 kilos de helados artesanales”, indicó. Asimismo, aseguró que los helados son auténticamente artesanales, ya que usan productos como crema de leche, leche entera, cacao y frutas.
“No usamos agente batido ni conservantes, lo que le da al producto mayor cremosidad y una textura agradable al paladar”, afirmó.
Como algunos de sus productos diferenciados citó a las paletas mexicanas, las cuales son paletas hechas con frutas frescas y rellenas con leche condensada, dulce de leche o frutas, Nutella, etc.
“Para esta primavera también estaremos lanzando las paletas keto, cero grasas, cero azúcar y paletas de whey protein”, anunció.
Recordó que en 2020 la pandemia provocó que muchos de los clientes cerraran y ya no volvieron a abrir. “Como si no bastara, en marzo del 2021 contrajimos COVID-19, Ángela, embarazada de ocho meses, y yo; estuvimos en UTI dos meses, naciendo mi hija con sus dos padres intubados”, narró.
A pesar de todas esas dificultades, consiguieron retomar el rumbo de la empresa.
“Nuestra meta a mediano plazo es colocar nuestros productos en los supermercados y contar con al menos 10 locales a través de franquicias de ventas al por menor y de esta manera posicionar la marca Gugas a nivel nacional”, aseveró.
Vale decir que Gugas fue uno de los ganadores del concurso en el marco del Programa de Formalización para Acceso a Mercados (PFAM) 2021, organizado por el Ministerio de Industria y Comercio a través del Viceministerio de Mipymes el año pasado y está en su etapa final.
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