Desde Arcoíris, su gerente comercial, Óscar Ortega, señaló a InfoNegocios que este fue un año especialmente positivo para la línea de pan dulce de la marca, que lleva apenas cinco años en producción. “En unidades tuvimos un crecimiento cercano al 15% y, en facturación, alrededor del 10%. Ya al 15 de diciembre superamos todo lo vendido en 2024”, explicó. El dato no es menor en un mercado altamente competitivo y dominado históricamente por marcas tradicionales.
Arcoíris trabaja actualmente con dos sabores —el clásico con frutas abrillantadas y pasas, y el de leche con chocolate— en cuatro presentaciones que van desde 100 hasta 700 gramos. Según Ortega, los tamaños pequeños lideran las ventas hasta la primera quincena de diciembre, mientras que los formatos de 400 y 700 gramos ganan protagonismo tras el cobro del aguinaldo. La estrategia productiva es clara: cortar la fabricación el 17 de diciembre para evitar devoluciones en enero, una práctica cada vez más común en el sector.
Por su parte, el pan dulce de Mickey mantiene su lugar como una de las marcas pioneras del rubro. Rocío Morel, del área de marketing, recordó a nuestro medio que la empresa fabrica pan dulce desde 1979 y hoy ofrece cinco sabores: tradicional milanés, chocolate con gotas, uvas pasas, marmolado y veneciano. La producción se concentra entre septiembre y diciembre y, aunque no manejan cifras públicas de volumen, la proyección anual apunta a un crecimiento sostenido del 15% respecto al año anterior. “Los preferidos siguen siendo el tradicional y el de chocolate”, afirmó.
Mickey apuesta a una amplia cobertura de puntos de venta, que incluye despensas, kioscos, supermercados y comercios mayoristas, reforzando su presencia en el consumo masivo. En paralelo, la empresa impulsa otras líneas estacionales como especias, condimentos, salsas y aderezos, productos que ganan tracción en las fiestas de fin de año.
Segmento premium
Casa Rica muestra un comportamiento más estable, pero con una fuerte diversificación de productos. María Paz Jara, gerente de producción de panadería y confitería, explicó en contacto con nuestra redacción que las ventas se mantienen en niveles similares a 2024, con variaciones según el tipo de producto. “Estamos cerca de nuestra meta, sin grandes sobresaltos”, señaló.
Casa Rica elabora pan dulce desde octubre y prevé cerrar diciembre con unas 38.000 unidades, dentro de una producción total cercana a las 60.000 unidades en toda la temporada. Su catálogo incluye desde el tradicional clásico hasta versiones especiales con frutos secos, opciones integrales, sin azúcar y una línea de pan dulce con masa madre, que demanda procesos más largos y fermentación natural en frío durante 24 horas. Este año, además, sumaron una nueva versión con chocolate y mayor carga de frutos secos, incluyendo pistacho y castañas.
El tradicional sigue siendo el más vendido, pero la apuesta de fondo está en el desarrollo artesanal y natural. “El cliente busca cada vez más productos menos industriales y con mejor calidad de ingredientes”, explicó Jara. En cuanto al canal de ventas, el negocio se divide en partes iguales entre venta al público y pedidos corporativos, con encargos que van desde 500 hasta 1.000 unidades.
La campaña de pan dulce 2025 deja así un balance positivo: crecimiento moderado, consumo sostenido y un mercado que combina tradición con innovación. Con una planificación más fina y propuestas segmentadas, las marcas locales buscan consolidar su lugar en una mesa navideña que, año tras año, sigue teniendo al pan dulce como protagonista.
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