En esta entrevista, nos dejó su visión sobre el liderazgo moderno, el impacto de la tecnología y la importancia de la escucha activa. En un mundo que cambia cada día, esta es su mayor fortaleza.
¿Cuál considera que es la principal habilidad que todo gerente debería tener y, si no, desarrollar?
La principal habilidad es la escucha activa, pero también saber armar equipos sólidos. Nadie llega lejos solo: tu círculo de confianza y la lealtad marcan la diferencia. Un líder debe equilibrar el estar presente en el día a día y, al mismo tiempo, anticiparse a lo que viene. No se trata solo de planear, sino de ejecutar. Es clave administrar tiempo y energía con inteligencia.
¿Qué es fundamental para liderar un equipo?
La confianza es la base, pero también la lealtad: a los valores, al propósito que nos une como equipo. Liderar es inspirar, acompañar y empoderar, no controlar. Cuando hay coherencia entre lo que se dice y se hace, se construyen vínculos sólidos. Y con eso, los resultados llegan solos.
¿Cuál es su filosofía de trabajo?
Trabajo con propósito, con foco en la mejora continua, pero también con claridad sobre los no negociables. En Esmassiva no basta con tener resultados: nos importan los medios, las personas y el compromiso con la responsabilidad social. Antes de sumar a alguien al equipo, evaluamos si comparte nuestros valores. El talento técnico es clave, pero no puede ir separado de la cultura.
¿Cómo ve el crecimiento del rubro? ¿Qué expectativas tiene para este año?
La IA y las automatizaciones están rediseñando nuestro modelo y el de nuestros clientes. Este año apostamos fuerte al crecimiento, la innovación en TIC e IA, y a consolidarnos como un centro de negocios 7/7. También impulsamos modelos de trabajo más flexibles: 30% home office, 20% híbrido, y crecer aún más hacia 2026. Esto requiere sistema, madurez del equipo y una cultura sólida.
¿Qué momento de su vida marcó un aprendizaje importante en su carrera?
Más que un solo momento, creo que los grandes aprendizajes vienen de la suma de pequeñas decisiones. Esas que parecen mínimas, pero sostenidas, construyen hábitos saludables y transformadores. Valoro mucho esa constancia que, con el tiempo, genera resultados y evolución. Aprender es animarse a elegir distinto, un paso a la vez.
¿Cuál considera que es su mayor fortaleza y debilidad?
Mi mayor fortaleza es ser corajuda, equilibrar el riesgo con control y transmitir confianza y lealtad. En cuanto a debilidad, siento que el mundo innova y aprende a una velocidad que a veces nos supera, y ahí está nuestro desafío. Estamos en la carrera, atentos, adaptándonos, pero sabemos que hay que acelerar. La clave está en no quedarse cómodo y evolucionar todo el tiempo.
¿Con qué tecnología se lleva mejor y cuál le da pelea?
Me llevo muy bien con casi todas, sobre todo las intuitivas. De hecho, suelo descargar apps solo para hacer el recorrido del usuario y entender cómo piensan. Me gusta analizar las experiencias digitales. Lo que sí me da pelea son los videojuegos o plataformas tipo Play: no me atrapan ni me interesan demasiado.
¿Un libro o podcast que todo ejecutivo debería leer o escuchar?
¿Quién se ha llevado mi queso?, de Spencer Johnson, me dejó una gran lección: como ejecutivos, debemos entrenar los sentidos y estar en constante búsqueda de hacia dónde se mueve el mercado. No podemos quedarnos quietos. También me nutro mucho de podcasts de liderazgo femenino, porque compartir experiencias reales entre pares siempre potencia.
¿Cuál es su pasatiempo favorito?
Depende de lo que necesite. Si quiero pensar, salgo a caminar con música. Si busco energía, estar con amigos o familia me recarga. Para bajar revoluciones, medito. Y si quiero dormir bien, una buena novela siempre ayuda. Elijo mis pasatiempos según el tipo de conexión o descanso que necesito en ese momento.
¿Qué es lo último que hace siempre cuando termina de trabajar?
Terminar de trabajar es un decir, porque aunque salga de la oficina, los proyectos siguen en mi mente y muchas veces toman forma hasta en los sueños. Aun así, intento cerrar el día agradeciendo. Ese ejercicio me ayuda a valorar los avances, incluso los más pequeños, y a cerrar con perspectiva positiva.
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