Este lanzamiento representa un hito para el ecosistema empresarial paraguayo, no solo por tratarse de una formación internacional de primer nivel impartida localmente, sino también porque marca el regreso de INCAE al país después de más de 30 años sin ofrecer programas académicos en territorio paraguayo.
Al respecto, Roberto Artavia Loria, presidente del Consejo Directivo del INCAE, comentó: “Viajé a Paraguay, yo creo, unas 70, 80 veces desde mayo de 1989. Fui profesor, consultor y asesor de gobierno en la región, y ahora vuelvo al territorio guaraní con el objetivo de reinstalar a INCAE en el país, no solo como un programa, sino con todo el peso institucional”.
Para Artavia, el retorno del INCAE se presenta como una jugada estratégica pensada para impactar a fondo en el ecosistema empresarial paraguayo. “La idea es fortalecer el país, fortalecer su productividad, su capacidad de agregar valor, su capacidad de diferenciar sus productos. Todo eso es parte de lo que nosotros ofrecemos. Precisamente de eso se trata: de dotar hoy a la gerencia de las herramientas que necesita, que todavía pasan por temas clásicos como la formulación de estrategia, el manejo financiero, el buen mercadeo, la buena gestión de recursos humanos, pero que hoy tiene que lidiar con la transformación digital, la ciberseguridad, temas como la inteligencia artificial, el desarrollo de estrategias con propósito. Ya no basta con ser una buena empresa en términos de productos y servicios, sino de cómo se relaciona con la comunidad en un sentido más amplio”, explicó.
En ese sentido, bajo la óptica de Artavia, el ecosistema empresarial paraguayo está en una transición muy interesante. “Trabajamos por años con instituciones como el MIC y Rediex para fomentar zonas francas y atraer inversión extranjera”, contó. Y destacó ejemplos concretos: el uso de hierbas tradicionales e infusiones, donde Paraguay tiene una tradición fuerte y poco explotada. “Es un negocio de US$ 30.000 millones donde Paraguay ni figura, cuando podría ser líder mundial”, enfatizó. “No se trata solo de producir las hierbas, sino de diseñar marcas, sabores, estrategias de mercadeo internacional”, agregó. Para él, el desarrollo no se logra solo con recursos naturales, sino con talento humano capaz de agregar valor.
Una de las reflexiones de Artavia apunta a un dilema estructural: Paraguay continúa exportando materia prima en lugar de productos con valor agregado. Y el cambio necesario no es tecnológico, sino estratégico.
“Lo que hace falta es desarrollar estrategias gerenciales y tener el capital humano que sea capaz de implementarlas”, sentenció. Para Artavia, el objetivo es generar empleo sostenible, atraer inversiones de largo plazo y fomentar un crecimiento económico que no dependa de los vaivenes del clima o los ciclos agrícolas.
“Paraguay tiene una volatilidad enorme en su crecimiento; hay años del 1% y años del 13%. Lo que buscamos es estabilizar ese crecimiento con base en la productividad, en un crecimiento sostenido del 6 al 7%, lo cual duplicaría la economía cada 10 años”, indicó.
Para Artavia, Paraguay tiene todo lo necesario para lograr ese salto, citando las ventajas que ofrece el país: riqueza natural, energía abundante, estabilidad macroeconómica, calidad de vida, costos razonables, posición estratégica en el Mercosur y, sobre todo, un bono demográfico aún por aprovechar.
“El país tiene capital humano no totalmente formado, pero disponible. Y lo más importante: tiene una ventana de oportunidad única para dar el salto”, afirmó. “No se trata solo de formar buenos gerentes. Se trata de transformar el país desde la gerencia”, resumió.
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