Timón es una empresa que se dedica a desarrollar programas de coaching para empresas y familias que deseen cambiar sus hábitos financieros. El ejecutivo comentó que en la empresa denominan a ese modelo mental –que impide desarrollar las prácticas de ahorro– como Modelo Mental de la Pobreza. Como ejemplo Velázquez citó el caso de personas que afirman que no ahorran porque no les queda nada de dinero a fin de mes.
“Así nos damos cuenta de que piensan que la fórmula correcta es: ingresos menos gastos es igual a ahorro, pero pensando de esta manera lo que casi siempre ocurre es que se termina gastando más de lo que se tiene. La fórmula que recomendamos desde Timón es la de Abundancia, que consiste en que el gasto sea el resultado de los ingresos, ya con la proporción de ahorro restada”, explicó Velázquez, quien además aclaró que se debe apuntar a un ahorro de por lo menos el 10% de los ingresos mensuales y si no se tiene desarrollado el hábito de ahorro es posible empezar con menos e ir construyendo el camino.
El directivo de Timón señaló que la empresa tiene siete hábitos esenciales que deben adoptar las personas para conseguir un mejor bienestar financiero, las primeras tres consisten en habilidades blandas: tomar el timón, es decir asumir una responsabilidad; tomar conciencia de los riesgos de no tener un ahorro familiar y el sobreendeudamiento; y la actitud transformadora, que tiene que ver con las intenciones de mejorar la situación financiera constantemente.
“Las demás son el control de gastos, la deuda planificada, el ahorro programado y el ingreso diversificado”, complementó Velázquez.
Sobre educación financiera
“Es mucho más desafiante trabajar con alguien que está activo hace 20 años y nunca tuvo educación financiera. Desarrollar así el cambio e instalar buenos hábitos financieros es más complejo. Haciendo un diagnóstico de la situación de nuestro país, nos dimos cuenta de que la educación financiera no es algo que se esté tratando integralmente en los colegios”, lamentó.
Para Velázquez, la educación pública y privada carecen de la enseñanza del bienestar financiero, de este modo los estudiantes terminan el colegio sin saber cómo manejar el dinero o el crédito. “Contamos con una metodología que se basa en una serie de talleres que denominamos Timón Escolar, con tres módulos: bienestar financiero, protagonismo ciudadano y compromiso ético. Lo que vamos haciendo es trabajar sobre las finanzas personales, también el rol como ciudadano y las técnicas necesarias a la hora de emprender”, reveló.
Inversión para mejorar el ahorro
“Si bien puede sonar ilógico gastar en un programa para tener educación financiera, realmente es una inversión que la persona y la familia está haciendo para tener las herramientas y las nociones necesarias para ordenarse financieramente”, añadió.
Velázquez recalcó que las personas terminan gastando o endeudándose de más justamente porque no tienen nociones ni conceptos financieros, lo que las lleva a gastar mucho más de lo que se paga por un programa de educación financiera.
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