Al respecto María Liz Viveros, subdirectora de transporte aéreo de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac) comentó que uno de factores claves detrás de esta problemática es la escasa demanda de vuelos.
“Las aerolíneas ajustan sus rutas y frecuencias en función de la rentabilidad, y dado que Paraguay tiene una población relativamente pequeña con un poder adquisitivo limitado, no se generan suficientes pasajeros para sostener un mayor número de vuelos. Según datos del sector, la cantidad de viajes en Paraguay es una de las más bajas de la región, en comparación con otros países donde la gente realiza múltiples viajes creando un mercado mucho más atractivo” dijo.
Asimismo, otro factor que limita nuestra conectividad aérea es el costo operativo elevado de las aerolíneas. El combustible de aviación, que constituye entre el 37% y el 40% de los costos de una ruta aérea, es más caro en Paraguay debido a que el país no produce petróleo y debe importar este insumo.
Además, el proceso de importación incluye el pago de fletes y otros costos logísticos, lo que encarece el precio final del combustible en comparación con países que sí lo producen. Este costo adicional reduce la competitividad del mercado paraguayo.
A nivel regulatorio, Paraguay se apoya en acuerdos bilaterales y multilaterales para garantizar la conectividad aérea. Estos acuerdos establecen las condiciones bajo las cuales operan las aerolíneas, tanto para vuelos de carga como para vuelos de pasajeros. Sin embargo, la aplicación de estos acuerdos no fue suficiente para impulsar un crecimiento significativo en la cantidad de vuelos internacionales.
Un ejemplo mencionado por la funcionaria fue el de la pandemia de COVID-19, ya que durante varios meses sólo se permitieron vuelos de carga y repatriación. A pesar de que la Dinac implementó exoneraciones de tasas para apoyar a las aerolíneas durante la crisis, la falta de un plan integral y el apoyo limitado de otras entidades gubernamentales impidieron una recuperación robusta del sector.
Otro de los puntos que resaltó Viveros es la falta de una marca país que promueva a Paraguay como destino turístico. La Senatur tiene la responsabilidad de desarrollar un producto turístico que atraiga a visitantes internacionales, pero hasta ahora no hubo una estrategia clara y eficaz en este sentido.
Además de la promoción turística, otro obstáculo importante es la estructura tributaria aplicada a los pasajes aéreos. Aunque Paraguay tiene una de las tasas más bajas de América Latina, los impuestos sobre los boletos aéreos siguen siendo un factor que encarece los precios de los pasajes.
“Esto afecta principalmente a las familias que deben comprar múltiples boletos, ya que los costos adicionales se multiplican, haciendo que viajar en avión sea inaccesible para muchos. Si estos impuestos fueran revisados o reducidos, podría incentivar un mayor número de viajes, lo que contribuiría a aumentar la demanda y, eventualmente, a mejorar la conectividad aérea” afirmó Viveros.
Como último punto Viveros reiteró la importancia de una coordinación interinstitucional con diversas entidades, como Aduanas, Cancillería, Senatur, y así poder impulsar una estrategia integral que involucre a todos estos actores para el crecimiento de la conectividad aérea.
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