Tras la reapertura, el público cambió: “Comenzamos a recibir más cumpleaños y eventos infantiles, principalmente de niños de seis a doce o trece años, pero también tenemos clientes de 30 y 40 años que vienen a jugar. Incluso empresas, que lo usan para actividades de team building*”.
Para quienes nunca han probado el Laser Tag, la experiencia se asemeja al paintball, pero sin dolor. Los jugadores utilizan un chaleco con sensores y un arma con luces. Cada vez que reciben un impacto, el sistema los “apaga” durante tres segundos, tiempo suficiente para reposicionarse y volver a la acción.
La partida se registra en una computadora que contabiliza disparos, bajas y desempeño, permitiendo jugar en modalidades como “todos contra todos” o “equipo contra equipo”. “Lo bueno es que podés disfrutarlo sin preocuparte por golpes o manchas, y con un componente estratégico muy fuerte”, señaló Hensinger.
Laserland cuenta con capacidad para hasta 36 jugadores simultáneos —26 chalecos y 10 armas adicionales para los más pequeños, que no usan chalecos por su peso—. El escenario es un laberinto de 550 metros cuadrados, dividido en dos salas, con obstáculos en forma de “L” que invitan a esconderse, rampas para atacar desde posiciones elevadas, sensores que otorgan puntos extra y “minas” que desactivan a varios oponentes a la vez.
En su sede principal, el complejo también ofrece un rooftop al aire libre, ideal para empresas o grupos de adultos que combinan el juego con un momento distendido en la terraza, con barra, tragos y chop.
El complejo trabaja con reservas y recomienda un mínimo de cuatro jugadores para que la experiencia sea dinámica. “Cuando vienen dos, el espacio es tan grande que se la pasan buscándose”, comentó Hensinger.
El costo varía: Los miércoles y jueves: G. 40.000 por persona. Viernes a domingo: primera partida G. 45.000, segunda G 40.000 y tercera G. 35.000. Combo para 10 personas: G. 360.000.
El lugar no es solo para eventos o cumpleaños. “Mucha gente piensa que solo hacemos fiestas, pero también recibimos familias o grupos pequeños que vienen a jugar y comer”, aclaró el gerente.
La gastronomía también forma parte de la experiencia: la pizzería de Laserland ofrece pizzas, sándwiches, hamburguesas y carnes a la parrilla, todo con vista a la terraza.
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