Los principales temas seleccionados para el debate son: futuro del trabajo, desarrollo de infraestructura, futuro alimentario sostenible y perspectiva de género. Los ejes temáticos electos se dieron porque en el mundo existen algunos datos relevantes: 203,8 millones de desocupados, la brecha global en desarrollo de infraestructura es de US$ 5,5 billones y está proyectada hasta el 2035, alrededor de 795 millones de personas en el mundo no tienen suficientes alimentos para una vida saludable y una de cada cinco mujeres en el mundo de entre 15 y 49 años afirmaron sufrir violencia en manos de su pareja.
El economista mencionó que el G20 funcionó como se esperaba hasta el 2010 pero ahora estamos viendo un distanciamiento porque cada país optó por una salida distinta a la crisis que se generó en 2008. “Esto pasa porque las problemáticas de cada país son distintas y hacen más difícil la convergencia, pero además, a este distanciamiento hay que agregarle la emergencia de líderes nacionalistas en este último tiempo. Se habla de un foro de coordinación global, pero hay líderes que proponen líneas opuestas en sus países”, agregó Rojas.
“En la cumbre del 2017, que se realizó en Alemania, fue la primera vez que no hubo consenso en el G20, no hubo declaración institucional porque en el punto correspondiente al cambio climático no se llegó a un acuerdo”, recordó el economista. Para Gustavo esto es trascendente porque Donald Trump volvió a decir que “no cree” en el cambio climático luego de que se haya presentado la Evaluación Nacional sobre el Clima, respaldado por 300 científicos de 13 agencias federales diferentes.
“Otro factor que indica que dificultaría que se avance en las discusiones es que este año en la cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que se realizó en Buenos Aires, tampoco hubo acuerdo”, agregó Gustavo. Indicó que en este congreso probablemente fue donde quedó claro el antagonismo comercial entre Estados Unidos y China, que continúa hasta ahora.
“Hay un riesgo de que la Reserva Federal (FED) podría aumentar la tasa de interés como consecuencia de un posible aumento de los aranceles de importación de EEUU en el marco de la guerra económica y esto podría afectar mucho más de lo que ya afectó a economías emergentes, entre ellas Argentina y Brasil”, explicó.
Relevancia mundial
Para el economista, definitivamente uno de los temas que se tratarán en la cumbre es el conflicto militar entre Rusia y Ucrania. La Unión Europea (UE) estudiará en diciembre nuevas sanciones contra Rusia tras la primera confrontación entre Rusia y Ucrania, desde que el primero anexó a Crimea –anterior territorio ucraniano–, que se desató por la detención de 12 marines de nacionalidad ucraniana que transitaban por la península que une Ucrania con Crimea.
Situación de Argentina
Por otra parte, “Argentina cierra la presidencia sin haber logrado lo proyectado cuando recibieron la presidencia pro témpore. En un principio, la idea era demostrar que podía ser el país que lideraría la economía de Sudamérica, teniendo en cuenta que Brasil estaba siendo gobernado de forma interina prácticamente”, señaló Rojas, quien además manifestó que nuestros vecinos llegan a esta cumbre luego de haber recibido US$ 57.000 millones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para afrontar su crisis económica, que constituye el préstamo más grande de la historia otorgado por dicho fondo.
Datos generales
Según datos del Banco Mundial, entre los países que asisten a la cumbre acumulan el 81% del PIB mundial (US$ 66,5 billones de PIB) y el 61% de la población mundial (4.645 millones de habitantes). A través de sus fronteras se lleva a cabo el 75% del comercio internacional.
Aparte de los 19 miembros oficiales del G20 (Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica, Turquía) se suma la Unión Europea, y también participan como invitados Chile, Singapur, Jamaica, Ruanda, Holanda y Senegal.
La cumbre le costó a Argentina US$ 112 millones según datos de facturas del gabinete ejecutivo, un monto mayor a lo que costó la última elección presidencial de Argentina.
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