“Fundamos la asociación con ganas de ayudarnos entre todas, de impulsarnos, de comercializar nuestros servicios y crear una red de contacto. Poco a poco la asociación fue fortaleciéndose”, contó Gabriela Vuille, presidenta de la asociación. Así, Amedap logra múltiples beneficios para las emprendedoras: aprendizaje, cursos, conferencias, networking, talleres y jornadas de formación orientadas a necesidades profesionales y promoción de la potenciación de ventas y visibilidad.
Luego de grandes esfuerzos de la comisión directiva y las socias, hoy la Amedap se encuentra aliada con la Cámara de Empresarios de Ciudad del Este y Alto Paraná, el Parque Tecnológico de Itaipú (PTI), el Consejo de Desarrollo de Ciudad del Este, la Federación Paraguaya de la Micro Mediana y Pequeña Empresa (Fedemipyme) y la Municipalidad de Ciudad del Este.
“Queremos seguir creciendo. Vamos aprendiendo todos los días, ya que las que estamos en la comisión directiva tuvimos esta oportunidad como nuestra primera experiencia gremial”, comentó la presidenta de Amedap. Agregó que entre los distintos logros ya fue un gran paso el inicio de la formalización de todas las socias a partir de la obtención del RUC para rubros desde servicios (contaduría, ingeniería en marketing), comercio (ropería, merchandising) y gastronomía.
La experiencia de Juana
“Mi sueño siempre fue crecer como mujer, como profesional, seguir aprendiendo para que mi emprendimiento pueda crecer y que pueda ayudar a muchas personas a llevar el pan de cada día a sus hogares. Siempre me rodeé de mujeres emprendedoras exitosas, y en ese lapso de tiempo una amiga me invitó, me dijo que se fundaría una asociación de emprendedoras en Alto Paraná”, relató Juana Giménez, vendedora independiente de productos de decoración de interiores y fabricante de cortinados sobre medida y diseños exclusivos bajo la marca Juana Decoraciones para el Hogar. A través de Amedap, logró acceder a créditos para solventar e impulsar sus ideas de negocio y a capacitaciones para uso de redes sociales.
“Orgullosamente formo parte de Amedap, donde conocí a mujeres extraordinarias. Todas somos mamás, esposas, hijas, amigas, cumplimos múltiples roles, y a la vez llevamos adelante nuestro emprendimiento, porque juntas somos más fuertes. Nos ayudamos las unas a las otras. Sabemos que solas no podemos salir adelante cuando no tenemos capital, pero juntas, a través de la asociación, nos fortalecemos para crecer. Ofrecemos nuestros productos y entre todas nos ayudamos a comercializar. Tratamos lo máximo en consumir lo que producen todas”, expresó Juana.
Para ella y sus compañeras, ser una mujer emprendedora es un gran desafío. “Una mujer emprendedora es una mujer con sueños, con ideales, que sabe que no solo basta con tener una idea, sino poner actitudes y aptitudes en el proyecto que ejecutamos. Todo depende de nosotras mismas para llevar a cabo nuestro emprendimiento, poner corazón en lo que hacemos y poner en práctica la disciplina. Gracias a la asociación se está dando una oportunidad maravillosa a muchas mujeres emprendedoras como yo, que están saliendo adelante”, concluyó Juana.
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