Durante este debate resaltaron que es imposible negar el crecimiento de las ciudades de Fernando de la Mora y Capiatá, atendiendo que actualmente pesan más que Asunción, debido a que el centro de gravedad demográfica del Área Metropolitana de Asunción (AMA) está cambiando, habiendo hoy barrios más acomodados en San Lorenzo y Luque que en algunas zonas asuncenas. Dijeron, además, que en Paraguay la urbanización es muy baja y que todavía hay mucho por progresar en cuanto al crecimiento del desarrollo inmobiliario.
En ese contexto, aseguraron que Asunción fue diseñada para 250 habitantes por km2, mientras que hoy solo alberga a 40 habitantes por km2, ¿quiere decir que podemos crecer hasta 2 millones de habitantes?
“Sabemos que la urbanización es baja en Paraguay, pero ¿cómo negar el crecimiento de ciudades como Luque? Ahora, con respecto a los municipios, ¿las cabezas de la ciudad han podido evolucionar en la medida de la exigencia que requiere un crecimiento poblacional y edilicio del tipo que estamos viendo en Asunción y el Área Metropolitana? Las costaneras ¿qué efecto tienen?”, cuestionó Francisco Gómez, presidente de ERA Real Estate Paraguay.
Gómez sostuvo además que llevamos décadas escuchando que Asunción va perdiendo población, pero que, en contrapartida, entre el 2017 y el 2022, el inventario inmobiliario de unidades residenciales de altura creció a un ritmo de 17,4% anual y no luce como que esa tendencia vaya a ralentizarse en el futuro cercano.
Según el directivo, el crédito hipotecario obtuvo un incremento debido a 1.000 créditos anuales (3,0% del PIB), que, sumado al negocio de la construcción, la cifra llega hasta el 12% del PIB. “Estos son argumentos suficientes para que podamos debatir al respecto. El desarrollo de los puentes futuros, Chaco’i (Área Metropolitana de Asunción); y Presidente Franco (Alto Paraná) podría ser vehículos de grandes cambios”, agregó.
Por su parte, Ricardo Ávalos, presidente de la desarrolladora inmobiliaria Canopy, se cuestionó: “¿Vale la pena tratar de salvar a esta ciudad? (Asunción) ¿O ya tenemos que comenzar a ver otras ciudades del AMA, la franja de los 11 distritos principales del cordón de la ciudad de Asunción o, incluso, Chaco’i”.
Ávalos recordó que Asunción y Paraguay tienen un PIB de US$ 30.000 millones y que dentro de 10 o 15 años podría crecer hasta US$ 50.000 millones. Consideró que de este incremento, por lo menos US$ 15.000 millones deberían formar parte del crecimiento del desarrollo inmobiliario.
Este encuentro de personalidades del ámbito de bienes raíces también fue oportuno para deducir que en todos estos años no se ha logrado construir una ciudad sustentable, que aun teniendo épocas de bonanzas económicas desde el año 2000 hasta hoy no se ha logrado capitalizar nada productivo.
Discrepancias
Juan Carlos Cristaldo, arquitecto y urbanista, señaló que una de las contribuciones sería ayudar a visibilizar procesos que escapan del interés de un actor privado, emprendiendo desde los subnegocios.
A su criterio, Asunción necesita empezar a construir visiones metropolitanas, que implican a la capital y a los municipios metropolitanos, como también a los sistemas naturales que están entre la gente, la ciudad y el territorio.
“Creo que eso es posible ver en muchos aspectos; concretamente, unas de las cosas que vienen estudiando es la transformación del frente fluvial, haciendo focos que van desde la desembocadura del río Salado hasta Villeta, un tramo de 70 kilómetros. aproximadamente”, expresó.
Agregó que se nota “una enorme intensidad de energía de emprendimientos haciendo usos que a veces son conflictivos y proyectos que son contradictorios entre sí, y que no tenemos como sociedad una visión en general de qué hacer con esos territorios”.
Reconoció que hay emprendimientos inmobiliarios e industriales muy importantes y que hay muchos actores haciendo cosas al mismo tiempo; por tanto, no se tiene una visión compartida o general de cómo podemos ordenar nuestros esfuerzos para maximizar los resultados.
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