Entre las voces más inspiradoras del encuentro estuvo Julia Iurlina, gerente regional de Latimpacto para el Cono Sur, una red de actores que impulsan inversiones con propósito en América Latina y el Caribe. “Invertir con impacto significa hacer negocios que generen ganancias, pero también beneficios sociales y ambientales reales. No es filantropía: es un modelo de negocio inteligente y transformador”, explicó a InfoNegocios.
Según Iurlina, nuestro país tiene todo para posicionarse como un imán de estas inversiones. “Tenemos una generación de energía limpia, recursos naturales y, sobre todo, un ecosistema de mipymes con ideas brillantes. Los inversores ya están mirando hacia acá. Paraguay es la joya del Cono Sur”, afirmó.
La especialista resaltó que la inversión de impacto ya está funcionando en el país, aunque de forma todavía incipiente. El desafío es escalar y conectar a empresas locales con fondos internacionales dispuestos a apoyar proyectos rentables que también generen bienestar. “No se trata solo de firmar un cheque y sentirse bien. Se trata de meterse en el negocio, acompañarlo, profesionalizarlo y lograr que ese impacto dure en el tiempo”, detalló Iurlina.
Ejemplos hay muchos: emprendimientos de mujeres que reciclan, artesanas que exportan, cooperativas que producen con responsabilidad ambiental. “Las mipymes son indispensables porque son el motor económico del país. Si las fortalecemos, gana la economía y gana la gente”, apuntó.
Y no solo se trata de recibir inversión extranjera. También hay espacio para que empresarios paraguayos se unan y creen fondos locales destinados a potenciar a quienes hoy están haciendo las cosas bien, pero necesitan un empujón para crecer.
Paraguay, tierra fértil para un nuevo modelo de negocio
Latimpacto agrupa a más de 250 actores entre empresas, fundaciones, organizaciones sociales y multilaterales. El dato que entusiasma es que uno de cada cuatro inversores de impacto a nivel global planea invertir en América Latina en los próximos cinco años. Y Paraguay, con estabilidad macroeconómica y ventajas competitivas, está en el radar.
“Hay experiencias exitosas en Argentina, Colombia y Brasil, pero Paraguay también tiene casos para mostrar. Solo falta animarse a combinar impacto y negocio. Si hacés las cosas bien, te van a copiar. Y eso es bueno”, afirmó Iurlina.
Durante el congreso también se debatió sobre ética empresarial, economía circular, gobernanza y el rol del Estado en generar condiciones para un entorno más transparente, con reglas claras y procesos digitales que faciliten emprender y escalar.
“Las empresas que solo piensan en el próximo trimestre no llegarán al próximo decenio”, remarcó Ignacio Guarnieri, CEO de Ascend, que también fue uno de los panelistas del evento. Iurlina coincide: “No podemos seguir pensando solo en el trimestre siguiente. Tenemos que pensar en los próximos diez años. Y para eso, necesitamos nuevas ideas, más alianzas y una mirada de largo plazo”.
Su mensaje final es directo: “Una buena inversión es aquella que genera impacto ambiental, impacto social… y también un retorno económico. Si no hay triple beneficio, no es inversión de impacto”.
Con un mundo sacudido por conflictos, crisis climáticas y desigualdad, nuestro país tiene la oportunidad de mostrar que se puede hacer negocios de otra forma: más justa, más consciente y más rentable.
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