En su último informe, el BCP actualizó sus proyecciones tanto para el crecimiento económico como para la inflación de este año. En el caso del PIB, las estimaciones iniciales del 4% fueron corregidas al 4,4%. A excepción de la agricultura, que registró una contracción del -3,4% debido a factores climáticos que afectaron la producción de ciertos cultivos, el resto de los sectores mostró crecimiento durante los primeros tres meses del año.
Esto se sustenta en indicadores preliminares como el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAEP) y el Estimador de Cifras de Negocios, que al mes de mayo reportaron expansiones del 5,3% y 6%, respectivamente.
César Yunis, economista jefe del BCP, expresó que “en general, el crecimiento de los sectores ha sido bastante homogéneo”, aunque algunos rubros, como la ganadería, sorprendieron por su buen desempeño. “Hemos observado un nivel de exportación fuerte, y el nivel de faenamiento al primer trimestre se ubica en torno al 24 % interanual. Hay que sumarle la expectativa de acceso a nuevos mercados. Entendemos que el comportamiento de la ganadería estaría ubicándose en torno al 5%, superior al 2,3% estimado inicialmente”, señaló.
Asimismo, otros sectores con buen dinamismo son la manufactura, en todas sus ramas industriales, cuyo crecimiento esperado fue ajustado del 3,9% al 4,1%. Por otra parte, los sectores de comercio e impuestos también registraron correcciones al alza: el comercio pasó de una proyección del 4,2% al 5,3%, mientras que los ingresos por impuestos se ajustaron del 3,7% al 4,8%.
Por el lado de la demanda, el consumo privado y la formación bruta de capital fijo han sido los componentes de mayor dinamismo, tanto en lo observado como en lo esperado para 2025. Se estima que esta última crecerá 8,5%, frente al 4,5% proyectado inicialmente. Este desempeño responde principalmente al impulso del sector de la construcción, así como a un mayor nivel de importación de maquinarias y equipos.
Inflación
En lo que respecta al ajuste al alza para la inflación, del 3,8% esperado pasó al 4%. Cabe recordar que este valor se encuentra por encima de la meta de inflación, que es del 3,5%. Sebastián Diz, gerente de estudios, explicó que durante el primer trimestre del año, los alimentos volátiles fueron los principales responsables de la presión sobre los precios. Sin embargo, la mayoría de estos incrementos se revirtieron en el segundo trimestre.
“En el segundo trimestre persistió la presión desde el componente alimenticio, aunque con un cambio en su composición. Esta vez se observó un aumento en productos como la carne y los lácteos, distintos a los alimentos volátiles que incidieron al inicio del año”, señaló.
Además, se registraron presiones inflacionarias vinculadas a bienes importados, especialmente en bienes duraderos como automóviles. A esto se sumaron aumentos en el sector servicios, particularmente en productos relacionados con el tipo de cambio, como los paquetes turísticos.
“Lo que nos llevaría a converger a la meta del 3,5% es la disipación de los shocks que hacen que nos encontremos por encima de la meta. Es la suba en los precios de alimentos y ciertos productos cuyos precios se ven afectados por el tipo de cambio. Esperamos que estos shocks se disipen en el corto y mediano plazo”, analizó Diz.
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