La contingencia generó un desbalance entre la oferta y la demanda, encareciendo el precio del poroto en el mercado interno y limitando su acceso a muchas personas, de acuerdo a lo explicado por el director de la Dirección de Extensión Agraria (DEAg), Esquicio Meza.
El impacto de la sequía se tradujo en pérdidas económicas para los agricultores y puso en jaque la capacidad de las familias para mantener una producción estable de este cultivo que tradicionalmente está asociado a la agricultura familiar, por lo que juega un papel crucial tanto en la dieta diaria de los hogares rurales como en el mercado interno.
Según el último censo agropecuario, aproximadamente 22.000 productores familiares se dedican al rubro en la Región Oriental, considerada una de las principales zonas de producción. Sin embargo, la falta de infraestructura para el riego y la ausencia de variedades adaptadas a la sequía son factores que complican aún más la situación. “No todos los productores tienen acceso a sistemas de riego, lo que limita significativamente las posibilidades de mitigar los efectos de la falta de lluvias”, señaló Meza.
A pesar de este panorama adverso, la DEAg comenzó a implementar acciones para paliar la situación y garantizar una mejor campaña en 2025. Una de las medidas más destacadas es la distribución de más de 17.000 kg de semillas de poroto entre los agricultores.
Estas semillas, entregadas en el momento adecuado para la siembra, pretenden estimular la producción durante los setiembre y octubre, que históricamente han ofrecido las mejores condiciones climáticas para el cultivo.
Además de la distribución de semillas, la DEAg viene reforzando la asistencia técnica a los productores, brindando orientación sobre prácticas agrícolas sostenibles que podrían ayudar a mejorar el rendimiento.
Sin embargo, Meza enfatizó que estas iniciativas, aunque importantes, deben complementarse con una planificación más robusta y una mayor inversión en infraestructura, como sistemas de riego, para asegurar la resiliencia del cultivo frente a las condiciones climáticas adversas.
Según el especialista, la recuperación de la producción de poroto y del sector agrícola en general no solo requiere de esfuerzos inmediatos, sino también de una estrategia a largo plazo que considere tanto las limitaciones actuales como las oportunidades para mejorar.
Una de las prioridades identificadas es la investigación y el desarrollo de variedades de poroto resistentes a la sequía y a las altas temperaturas, una tendencia que ya se está explorando con otros cultivos en nuestro país, como el tomate.
El sector financiero también tiene un papel en este proceso. Aunque la DEAg no gestiona directamente el financiamiento, Meza subrayó la necesidad de que los entes financieros ofrezcan más productos crediticios accesibles para los agricultores, especialmente aquellos más afectados por la sequía. Este apoyo podría permitir a los productores invertir en tecnologías de riego, insumos y otros recursos necesarios para aumentar la productividad y reducir su vulnerabilidad.
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