La raíz del problema es una caída del 4% en la producción nacional para 2025, impulsada por la reducción del hato ganadero y condiciones climáticas adversas que afectan los pastizales.
Pedro Galli, expresidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), explicó: "Los productores estadounidenses fueron estrangulados por un oligopsonio de empacadoras que controlaban los precios, lo que desalentó la inversión y redujo la oferta".
Este fenómeno, agregó Galli, sumado a sequías históricas y altos costos operativos, llevó a EE.UU. a depender de importaciones récord: 2 millones de toneladas en 2025, según proyecciones oficiales.
Paraguay está emergiendo como un proveedor estratégico para EE.UU. En 2024, las exportaciones paraguayas alcanzaron 28.526 toneladas, superando por mucho las expectativas iniciales de 10.000 toneladas. Solo en febrero de 2025, el país ocupó el tercer lugar en envíos a EE.UU., con 6.860 toneladas, detrás de Chile y Taiwán.
Daniel Burt, gerente de la Cámara Paraguaya de la Carne, destacó las ventajas competitivas: "Nuestra carne tiene menor cobertura grasa, ideal para hamburguesas y embutidos, que representan el 60% del consumo en EE.UU. Allí mezclan nuestra carne con la local para ajustar parámetros de salud", subrayó.
Además, Paraguay ya opera fuera de la cuota arancelaria preferencial (65.000 toneladas compartidas con Brasil), pagando un arancel del 26,4%.
Trump y los aranceles: ¿amenaza u oportunidad?
La posible imposición de aranceles adicionales por parte del gobierno de Donald Trump genera incertidumbre. Sin embargo, los analistas coinciden en que EE.UU. no puede prescindir de las importaciones. Galli lo resume: "Subir aranceles a la carne sería contraproducente. Necesitan nuestro producto para estabilizar los precios internos".
Por su parte, Burt añade que los frigoríficos ya pagan tasas altas, pero la demanda es insustituible. "Incluso con medidas proteccionistas, nuestro mercado seguirá creciendo; al menos, esa es la tendencia".
Un dato clave es que Paraguay logró diversificar sus envíos, sustituyendo mercados perdidos como Rusia. La carne paraguaya ya es parte de la cadena de valor estadounidense, especialmente en segmentos de fast food y procesados, que representan el 73% del consumo en hogares de EE.UU.
El USDA proyecta que las importaciones estadounidenses comenzarán a disminuir a partir de 2029, cuando se recupere su producción local. Pero hasta entonces, Paraguay tiene una ventana de oportunidad única. "Debemos aprovechar esta coyuntura para consolidar relaciones comerciales y mejorar nuestra infraestructura logística", señaló Burt.
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