En el Shopping Mariscal, la planta baja del Bloque A se convirtió en una verdadera fiesta: cocina en vivo con Peta Ruger, presentaciones artísticas de Jazmín del Paraguay y el arpista Ezequiel Takebe, actividades interactivas y una ambientación especial que reflejó la esencia del mercado que cada martes transforma al shopping en un punto de encuentro comunitario. “Esto empezó como una idea romántica para acercar a los productores de verdeo al consumidor final. Hoy es una feria plenamente instalada que nos llena de orgullo”, dijo a InfoNegocios Jorge Mendelzon, directivo de Penta SA, operadora del Shopping Mariscal.
El Agroshopping nació en 1998 con apenas algunas mesas ocupadas por productores hortícolas. Hoy, más de medio centenar de emprendedores ofrecen desde frutas, verduras y miel hasta quesos, embutidos, hongos, productos medicinales y comidas listas para llevar. Muchos de ellos vieron crecer sus negocios gracias a la visibilidad que ofrece la feria. “Hay lindos casos de éxito de personas que comenzaron acá y ahora abastecen a supermercados y restaurantes. Esto les dio una plataforma real de progreso”, señaló Mendelzon.
Uno de los rostros más antiguos del Agroshopping es el de doña Patrocinia Veloto viuda de Sosa, quien forma parte de la feria desde sus inicios. “Empezamos con una sola mesa. Ahora somos muchísimos, más de 70 u 80 personas entre titulares y ayudantes”, recordó refiriéndose a los inicios. Con productos de estación provenientes de su familia en Yuty, Caazapá, y algunos acopiados para complementar la oferta, doña Patrocinia no solo crió a sus hijos con lo que ganó a través de su emprendimiento, sino que hoy forma parte de una cadena que apuesta por la calidad y la continuidad. “Mi hijo ya se está quedando al frente del puesto. Esta feria es una tradición para todos”, afirmó.
El Agroshopping no solo es un canal de comercialización directa, sino también un espacio de educación en consumo saludable y buenas prácticas agrícolas. “Aprendimos que somos lo que comemos. Cada vez más personas buscan productos frescos, más verdes. Y para eso está esta feria”, reflexionó Mendelzon. Esta tendencia también se refleja en iniciativas similares del sector público, como las ferias del Ministerio de Agricultura y Ganadería, lo que muestra que el formato tiene potencial de replicarse en otros puntos del país.
Uno de los aspectos destacados del modelo es su autosustentabilidad. Aunque no se manejan cifras oficiales de ventas, el Agroshopping cubre todos sus costos operativos –logística, limpieza, comunicación, montaje– a través de aportes colectivos de los propios expositores. Esto garantiza su sostenibilidad sin depender de fondos externos y permite proyectar su continuidad a largo plazo. “Es un ejemplo de responsabilidad social que se mantiene porque tiene impacto real y resultados visibles”, señaló Mendelzon.
Con una asistencia constante que transforma los martes en día de mercado, el Agroshopping se consolidó como uno de los principales atractivos del Shopping Mariscal, tanto por su propuesta gastronómica como por su valor comunitario. Para los próximos años, el objetivo es seguir ampliando la oferta de productos, mejorar la experiencia del consumidor y mantener altos estándares de calidad.
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