El especialista resaltó para InfoNegocios que ambos productos, tanto la papa como la cebolla, son dos de los rubros de consumo masivo más importantes en Paraguay. Con una demanda diaria estimada de 100.000 kilos de papa y 150.000 kilos de cebolla, el objetivo es abastecer el mercado interno durante un periodo más prolongado del año y reducir la dependencia de importaciones.
Según explicó Garcete, el enfoque principal está puesto en mejorar la productividad y la calidad, pero también en acompañar a los productores con asistencia técnica y herramientas para su desarrollo económico. “Lo que buscamos es enlazar los dos ciclos de cultivo para abastecer el mercado desde julio hasta fines de noviembre”, detalló.
En el caso de la papa, el MAG está promoviendo el cultivo de la variedad tempranera, cuya siembra se realiza en marzo y abril, con cosecha entre julio y agosto. Este ciclo se complementa con la siembra tradicional, que arranca en junio o julio y se cosecha entre octubre y noviembre. Para sostener esta planificación, el Ministerio trabaja además en un proyecto de creación de semilleristas, que puedan almacenar y conservar papa semilla en cámaras frigoríficas, con miras a una siembra temprana a gran escala a partir de 2026.
Actualmente, el 100% de la producción nacional de papa corresponde a la variedad Spunta, de doble propósito, alta adaptabilidad al clima paraguayo y gran aceptación por parte del consumidor final. Otras variedades como Kennebec o Villa Serrana han sido descartadas por su bajo rendimiento y poca demanda de mercado.
“Queremos llegar a tener entre 10 a 15 productores semilleristas y sembrar al menos 40 hectáreas de papa tempranera en 2026”, adelantó Garcete. Además, uno de los grandes desafíos técnicos para este año es elevar el rendimiento promedio nacional, que actualmente ronda los 12.000 kilos por hectárea. La meta es alcanzar 18.000 o incluso 20.000 kilos por hectárea.
La estrategia también contempla la capacitación técnica a productores, antes incluso de la entrega de semillas. “A través de la Dirección de Extensión Agraria, se realizan visitas y charlas para mejorar las prácticas productivas y obtener mejores resultados”, explicó el técnico del MAG.
Por su parte, el cultivo de cebolla se trabaja mediante un sistema de zonificación por ciclos: tempranera, medianera y tardía. Por ejemplo, en el departamento de Paraguarí, Caaguazú e Itapúa se cultivan principalmente las variedades tempraneras, con aproximadamente 256 hectáreas actualmente sembradas. Mientras tanto, departamentos como Guairá, Concepción, Amambay, Central, Canindeyú y Misiones concentran la producción de cebolla medianera y tardía.
En total, el programa de producción de cebolla y papa abarca 14 departamentos, incluyendo regiones del Chaco, donde se están validando nuevas variedades adaptadas al clima y a las preferencias del consumidor paraguayo.
La planificación anual del MAG busca evitar cuellos de botella en la comercialización, generados cuando las cosechas coinciden masivamente en el mismo periodo. Con la zonificación y la diversificación de ciclos de siembra, se pretende que el mercado se abastezca de forma escalonada, permitiendo una venta fluida y precios más estables para los productores.
“Estamos demostrando que sí se puede producir papa y cebolla de calidad durante más meses del año y reducir nuestra dependencia externa. Con el respaldo del ministro y el compromiso de los productores, vamos a consolidar esta transformación”, concluyó Garcete.
Tu opinión enriquece este artículo: