Paso uno: ¿Qué valor aporta el producto/servicio al mercado?
Listar todos los beneficios concretos que reúne el producto y que reflejan su aporte de valor al mercado. Se debe intentar desarrollar al máximo cada uno de los elementos de esta lista.
Paso dos: ¿Qué problemas resuelve el producto/servicio?
Una vez hecha la lista de posibles utilidades del producto, para cada una de ellas hay que identificar qué problemas resuelve.
Paso tres: Perfil sociodemográfico
En este paso, para cada uno de los problemas (acompañado por su detonante), se dibuja una tabla en la que se añaden los perfiles sociodemográficos que podrían experimentar ese problema. Así, la finalidad de esta tabla es cruzar los problemas con las características sociodemográficas del público objetivo.
Paso cuatro: Extraer la inteligencia
Gracias al trabajo realizado anteriormente, se puede tomar el listado de perfiles sociodemográficos identificados y añadir a cada perfil qué problemas tiene. Así, se realiza un proceso inverso al paso anterior. En el paso anterior lo que se hacía era listar para cada problema a los perfiles que podrían sufrirlos, mientras que en este caso el proceso se realiza al revés. Para cada perfil se listan los problemas que puede llegar a tener y que son resueltos con el producto/servicio que se está analizando.
Paso cinco: Elección del pre-buyer persona
Ahora que ya están identificados y ampliados todos los perfiles, debemos priorizar de nuevo y elegir ciertos perfiles concretos. El listado puede componerse de cinco a diez perfiles y para cada uno es necesario desarrollar una estrategia y una campaña propia. Así pues, es necesario seleccionar los perfiles más rentables, que serán los que se utilizarán para comenzar el proyecto.
Paso seis: Desarrollar el buyer persona
Para acabar de desarrollar estos dos o tres primeros borradores de perfiles de buyer personas relevantes para la marca, hay que hacer el esfuerzo de convertirlos en una persona:
· Nombre: De este modo se humaniza al cliente. No se corresponde con un nombre genérico ni con un número de cliente, sino que se le nombra por su “nombre propio”. El apellido, por su parte, se coloca referido a su necesidad.
· Edad, género y situación familiar.
· Personas que le influencian, tanto por proximidad como gente a la que admira y tiene como referencia.
· Su rol con respecto al producto o servicio.
· Su personalidad a nivel de trato, su psicología.
· Sus hobbies, qué hace en su tiempo libre.
· Cuáles son sus frustraciones en su vida personal.
· A qué retos se enfrenta.
· Cuáles son las fuentes de información que consulta y qué uso le da a la tecnología.
· Qué redes sociales usa.
Para tener esta información, la marca debe fijarse tanto en los clientes ideales que tiene como en los que aspira encontrar.
El buyer persona no es tan sencillo de desarrollar, pueden ayudar muchas herramientas que se encuentran en internet, plantillas, cuestionarios, hasta aplicaciones (Make my persona de Hubspot), pero en realidad lo más efectivo es que conozcas directamente a tu cliente.
Si necesitás ayuda para desarrollar tu buyer persona, contactá con nosotros.
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