Con la llegada del iPhone 6 y 6S, cambió la filosofía, pero nunca dejaron de lado, con 5S, 5C y ahora con iPhone SE, el tamaño más popular con su móvil.
La apariencia exterior del último móvil de Apple, que sale esta semana a la venta en España y lo hizo la pasada en Estados Unidos, es similar al iPhone 5S, con algunos matices. Se han reforzado los biseles y ampliado la gama de colores: plata, gris oscuro, dorado y rosa.
El movimiento de Apple refuerza una tendencia: solo en 2015 vendieron 30 millones de iPhone con este tamaño. Mantienen el diseño pero añade las dos mejoras más relevantes de los modelos presentados en septiembre: el procesador A9, con mayor potencia y menor consumo, así como la cámara de fotos, de 12 megapíxeles y un rendimiento excelente. Dos puntos que los ponen un paso por delante de los competidores y que certifica que el ciclo de los lanzamientos de nuevas tecnologías es cada vez más corto. El modelo teóricamente más modesto de su catálogo tiene el mismo cerebro y hace las mismas fotos que el más caro.
Lo que subyace bajo esta filosofía es claro: hacer que la experiencia de uso de iOS, su sistema operativo, sea mucho más uniforme, se tenga el aparato que se tenga. iPhone SE es compatible con Apple Pay, su sistema de pago, y garantiza actualizaciones futuras de manera fiable, sin sentir que el móvil envejece en cuanto lanzan una nueva versión del software.
Que nadie espere un modelo revolucionario. Al contrario, es un iPhone para recién llegados con las mejores virtudes de la manzana a un precio ajustado. Apple sabe que para seguir conquistando nuevos mercados necesita ofrecer las últimas tecnologías con algunos sacrificios para poder bajar el precio. Asia y América Latina serán los lugares preferentes para este modelo, también los adolescentes que tengan su primer móvil o para mayores que quieren usar algo fácil.
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