“El descenso del índice de desempleo tiene incidencia principalmente en los sectores de la construcción y de servicios. Esto favorece indirectamente a los importadores porque la construcción dinamiza mucho la venta de materiales, y muchos de ellos son importados. Todo lo que es siderurgia, hierros, y gran parte del cemento, hoy es importado”, afirmó Iván Dumot, presidente del Centro de Importadores del Paraguay (CIP)
Para Gerardo García, presidente de la Cámara de la Industria Química Farmacéutica del Paraguay (Cifarma) y vicepresidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), se trata de una señal “muy positiva, porque hay más movimiento y aumenta la capacidad de consumo; es positivo también porque se está optando más por la formalidad, que es la parte más importante para todos, lo que le viene bien al país desde el punto de vista tributario, para la estadística, para todo”.
Según la última EPH la tasa de desocupación laboral pasó de 6,8% a 5,7%, comparando el último cuatrimestre del 2021 con el del 2022. En términos absolutos son 44.595 personas menos que hoy están desocupadas.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) establece que para que considerar que una persona sea clasificada como desocupada se deben cumplir las siguientes condiciones: no haber trabajado ni una hora en una actividad económica en los últimos siete días anteriores a la entrevista; estar disponible para trabajar; y buscar activamente trabajo.
Cuidado con los números
El desempleo afecta a la economía en más de un sentido. Por ejemplo, la cantidad de quienes compiten por un empleo es mayor, con la consecuente disminución de las posibilidades de conseguir trabajo; además, merma el gasto destinado al consumo y la capacidad de cumplir con las deudas.
¿Qué tan buena es, entonces, esta noticia? “Es verdad que se redujo la tasa de desempleo pero también la tasa de ocupados. Eso significa que el mercado laboral no está absorbiendo a toda la gente que está queriendo trabajar”, advirtió la economista Martha Coronel, de Mentu.
La EPH consigna que la tasa de ocupados (TO), que se calcula dividiendo la población ocupada por la población de 15 y más años de edad, arrojó una diferencia negativa de un punto porcentual comparando el tercer cuatrimestre del 2021 (67,2%) con el mismo periodo del 2022 (66,2%). Aunque en términos absolutos significa un aumento de 11.959 personas ocupadas.
“No es suficiente que haya bajado el desempleo, porque también descendió la TO y aumentó el número de personas inactivas, que en un año se incrementó en 128.066 individuos (datos de la EPH)”, resaltó Coronel.
Con respecto a las tareas pendientes, García dijo que “tenemos que crecer en el sector privado, no en el público, para seguir mejorando y, fundamentalmente, es necesario es que el Gobierno vea fuentes de financiamiento para la industria, porque, lastimosamente, el BNF no cumple ese rol”.
Y Dumot opinó que “lo importante es que el Gobierno reactive los procesos de obras públicas para que la construcción sea un dinamizador del empleo y la economía en general; ese efecto dinamizador que ha dado a la mano de obra el sector de la construcción no está muy claro para este año”.
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