El Informe sobre la Estabilidad Financiera Mundial, del FMI, proyecta que la economía mundial pasará de crecer un 3,3% en 2024 a un 2,8% en 2025, con una leve recuperación al 3% en 2026. Las proyecciones para China fueron particularmente afectadas: el organismo recortó su estimación de crecimiento al 4% para 2024 y 2025, con una reducción de 0,6 y 0,5 puntos porcentuales, respectivamente, frente a los pronósticos de enero.
Este ajuste contempla las primeras medidas arancelarias implementadas por Donald Trump tras su regreso a la Casa Blanca, que incluyeron un arancel del 34% y un gravamen adicional del 20% vinculado al fentanilo. Desde entonces, los aranceles estadounidenses escalaron hasta un 145% combinado sobre los productos chinos, lo que llevó a Pekín a responder con un 125% sobre bienes estadounidenses.
En ese escenario global, las expectativas económicas para Paraguay también comienzan a ajustarse. El Banco Itaú recortó su estimación de crecimiento para 2025 al 3,5%, debido principalmente a los efectos de la sequía sobre el sector agrícola. Esta previsión difiere de la del Banco Central del Paraguay (BCP), que mantenía un pronóstico de expansión del 4%. No obstante, tanto Itaú como analistas locales reconocen que el consumo interno sigue siendo un pilar importante para la estabilidad económica.
Fernando Masi, economista del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep), advirtió que un entorno internacional con medidas proteccionistas genera efectos negativos en todos los países, independientemente de su nivel de intercambio con las potencias. “Cuando el comercio es muy restrictivo, cualquiera sea la situación de los países, siempre hay efecto directo. Cuanto más libre es el comercio, se generan mejores condiciones para el crecimiento económico", señaló.
Masi también apuntó que, en el caso específico de China, la necesidad de garantizar su abastecimiento alimentario podría traducirse en nuevas oportunidades, aunque no de manera inmediata. “La demanda de alimentos seguirá siendo prioritaria para China, pero sus efectos no se verán reflejados en el corto plazo”, puntualizó.
Por su parte, Jorge Garicoche, economista de la consultora Mentu, consideró que Paraguay no sufrirá un impacto directo inmediato, dado su limitado volumen de comercio con China y Estados Unidos.
“Tenemos comercio con Estados Unidos, especialmente en carne y azúcar, que podrían tener algunos embates, pero nada estructural”, sostuvo. Aun así, advirtió que “sí habrá una mayor complicación desde el punto de vista del crecimiento mundial. Un menor crecimiento podría generar una reducción de la capacidad de compra, que repercutirá en las exportaciones”.
Pese a estas tensiones, Garicoche se muestra optimista respecto al desempeño local. Desde Mentu estiman un crecimiento de entre 3,5% y 4% para 2025. “A pesar de que el agro no está teniendo el mejor de sus años, vemos que la falta de lluvia en los primeros meses logró compensarse con algunas precipitaciones. La producción es menor al año pasado, pero ahora se ve un aumento en el sector primario, al igual que en el sector secundario, como por ejemplo en la maquila, la manufactura y las construcciones”, explicó.
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